Existen pocas cosas tan imponentes como la figura de una bailarina; desde la gran Anna Pávlova, hasta la trágica Isadora Duncan, estas mujeres son y serán siempre un portentoso espectáculo de elegancia y gracia. La historia de la danza en México también ha tenido sus grandes figuras, una de ellas, una de las más reciente por cierto, es Elisa Carrillo, que es hoy la primera bailarina del Staatsballett de Berlín.
Su historia, por supuesto, es una fuera de los común —desde sus inicios, esta bailarina mostró signos de virtuosismo. Elisa Carrillo Cabrera nació en Texcoco en 1981, y comenzó su entrenamiento como bailarina clásica a los 6 años de edad. Tres años después ingresó a la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del INBA, institución que representó en 1996 en el Concurso Nacional de Danza. Ahí, Elisa ganó la medalla de oro, y una beca para ir a Inglaterra a estudiar en el English National Ballet School de Londres.
Después de graduarse en Londres, tras un curso de dos años, Elisa fue contratada por el Stuttgart Ballet de Alemania, donde empezó como practicante y terminó siendo bailarina solista. En esta misma época, realizó un curso para prepararse como maestra de ballet. En el año 2007 Elisa se casó con Mikhail Kaniskin, primer bailarín de Stuttgart Ballet, y poco tiempo después se integró al Staatsballett de Berlín, junto a su marido.
Pero el gran salto de Elisa a la fama se dio cuando en 2009 fue elegida para hacer el papel principal de una puesta de Blancanieves. Esta participación la proyectó como una estrella del ballet en Europa, y la llevó a ser nombrada, dos años después, la Prima Ballerina del ballet berlinés, un reconocimiento que ninguna otra bailarina mexicana había alcanzado.
Elisa Carrillo se ha presentado en los escenarios más importantes del mundo, ha trabajado como modelo para reconocidos fotógrafos, y ha recibido los más importantes reconocimientos dancísticos. Además, en 2010 fue nombrada Embajadora de la Cultura por la Cámara de Diputados.
Esta bailarina creó, además, una fundación con su nombre para apoyar, educar y proyectar al talento dancístico mexicano. Historias como la de Elisa inspiran y llenan de orgullo; nos invitan, finalmente, a celebrar el talento mexicano y sus principales exponentes, hoy en el Día Internacional de la Danza.
La bailarina mexicana Elisa Carillo obtuvo el premio Benois de la Danse, el más importante de la danza clásica. Con esto, van dos años consecutivos en que un mexicano obtiene este galardón, pues el año pasado fue reconocido el bailarín Isaac Hernández.
La artista fue reconocida por la Asociación Internacional de Danza en el Teatro Bolshoi, durante la edición 27 del Festival Internacional de Ballet Benois de la Dance, que este año está dedicado al Teatro. Destacó en la categoría de Mejor Bailarina por su papel de Julieta en la obra Romeo y Julieta, estrenada en mayo de 2018 por el Ballet Estatal de Berlín, donde es primera bailarina. En esta sección estuvieron nominadas otras seis artistas.
Elisa Carrillo es la primera mexicana en obtener tres de los premios más importantes de la danza clásica: el Benois de la Danza (2019), el del Festival Internacional Dance Open de San Petersburgo (2013) y hace menos de un mes el Alma de la Danza, el más importante del ballet en Rusia.
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