A pesar de su amplia difusión y del rápido y efusivo gusto que los jóvenes adquirieron por él, el rock & roll no era muy bien visto por un amplio sector conservador de la población ya que se asociaba a rebeldía y lujuria. Uno de los hechos que exacerbó este pensamiento en México y que desató una campaña contra esta corriente musical sucedió en mayo de 1959 durante el estreno de la película “King Creole” de Elvis Presley dirigida por Michael Curtiz, que en nuestro país se tradujo como “Melodía siniestra” pero que en realidad se conoce comúnmente con el nombre del “El rey Criollo”. Este estreno tuvo lugar en el cine Las Américas ubicado en Insurgentes y Chilpancingo, hoy llamado Auditorio BlackBerry, donde una gran masa de jóvenes se dio cita en el predio horas antes de comenzar la función. Más de 600 “rebeldes sin causa” entraron al cine sin pagar y cuando accedieron a la sala, los diferentes grupos de adolescentes comenzaron a gritar, insultar y molestar, sobre todo a las muchachas. La proyección de la película comenzó en medio de este desorden y cuenta Parménides García Saldaña en su libro “El rey criollo” que los jóvenes decidieron arrancar los asientos de las butacas y aventarlos, la gente corría como loca de un lado a otro como si el cine se estuviera incendiando, hasta que la función se interrumpió y las luces se encendieron, pero la turba no cesó hasta que llegaron los granaderos y sacaron a toda la gente del cine. La rebelión de los jóvenes, dice el escritor José Agustín, fue una reacción ante la rigidez y la intolerancia social y política que se vivía en esa época. Fue una manera de mostrar su inconformidad al orden establecido de las cosas y una llamada de atención para que los dejaran ser libremente, para poder expresarse en un ambiente menos opresivo. El incidente del cine Las Américas desató una serie de comentarios negativos hacia la juventud por parte de la prensa y la sociedad. El rock fue calificado como una música endemoniada que pervertía a la juventud y la alejaba de las buenas costumbres de las familias mexicanas. El gobierno tomó medidas contundentes como por ejemplo; el Instituto Nacional de Bellas Artes preparó una lista de canciones aceptables que fue enviada a todas las radiodifusoras del país, no se podían tocar canciones que no estuvieran en esa lista. Por suerte la tormenta se fue disipando y se logró convencer a los padres de familia que la culpa del incidente la tenía Elvis y que no todo el rock & roll era el del rey.
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