Carlos Monsiváis vivió toda su vida en la Ciudad de México y su obra está profundamente tocada por ella…
En la calle de Odessa, enclavada en la colonia Portales, vivió durante muchísimos años Carlos Monsiváis, uno de los personajes más emblemáticos de la literatura de la Ciudad de México, un celoso guardián de la cultura popular de nuestra capital.
Nacido en el entonces Distrito Federal el 4 de mayo de 1938, fue escritor, periodista y distinguido cronista. La profusa obra de Monsiváis se caracteriza por su agudo sentido crítico, su humor y una ironía inteligente y politizada (siempre a la izquierda) que mezcla de manera acertada la cultura popular y los temas de la alta cultura. Sus crónicas y ensayos, que abarca una buena parte de su obra, sentaron un precedente para la narrativa de nuestra ciudad y están, sin duda, llenas de una sabiduría muy particular.
A pocos años de su muerte, Monsiváis, una voz que definitivamente se extraña, aún habita la ciudad y es, sin duda alguna, una de sus figuras más representativas e imprescindibles. Hicimos una selección de 20 fragmentos de su obra y aforismos, para deleite de cualquier amante de la literatura mexicana, del humor y del espíritu crítico…
“Todo lo intenso debe ser efímero.”
“¿Hasta qué punto es responsable de sus actos una persona abandonada, sin recursos ni capacidad específica, enloquecida por los malos tratos, la indiferencia y la imposibilidad de alimentar a los suyos?”
“La telenovela es la otra familia del espectador, la que sufre con estilo y entre muebles carísimos.”
“El libertinaje es la libertad regañada por la moral tradicional.”
“Cada ciudad con 800 mil o un millón de habitantes, genera su propia zona prescindible, compuesta por esa gente sin oficio ni beneficio, en el filo de la navaja entre la sobrevivencia y el delito.”
“Si nadie te garantiza el mañana el hoy se vuelve inmenso.”
“La flojera del mexicano más bien se llama desempleo.”
“Muchos dicen que han cumplido con su deber, y a mí, me da mucho gusto no haber cumplido ni con la mínima parte de él, para desgracia o fortuna de esta patria…”
“La vida vale mientras no se le aprecie demasiado.”
“La patria concebible es la autobiografía, el contarle a algunos que se ha sido alguien.”
“Cada quién es único, pero las maneras de ser único se parecen demasiado entre sí.”
“Se vive sólo una vez y nuestros padres hicieron muy mal en educarnos en las tradiciones de la escasez.”
“Lo cursi es lo fallidamente bello.”
“¡Quién tuviera un cuerpo para la vida cotidiana y otro, más flexible y elástico, sólo para el Metro!”
“Sin frustraciones dolorosas no hay acceso respetable a la bebida.”
“El valiente dura hasta que el cobarde muere.”
“La apuesta por la transformación política encuentra su mayor aliado en el campo de lo cultural. Si no se da la batalla cultural se puede perder la batalla política.”
“El insomnio no es buen consejero. Lo único que permite ver con claridad son las consecuencias de la falta de sueño, y esa obviedad nulifica pensamientos y sentimientos.”
“Somos aquello en lo que creemos, aún sin darnos cuenta.”
“Quédate con los honores, Presidente, que cuando termine tu mandato, yo me quedaré con la impunidad.”
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