La pintura mural suele tener un carácter decorativo en la arquitectura urbana, aunque también cumple finalidades didácticas, como el hecho de contener mensajes épicos y de alto impacto para las masas. En ciudades como la CDMX se han estado utilizando para resanar espacios abandonados que a la postre, recuperan el espíritu de comunidad que muchas veces hace falta.
Un claro ejemplo de la restauración visual con murales en la CDMX, es el mega mural del Mercado de Jamaica en el año 2013, es de 1380 metros cuadrados, un mural colectivo que cuenta la historia de más de 500 años de dicho punto de comercio. Los murales en la colonia Doctores que en algún momento trazaron diseños poco usuales en la zona y recientemente la intervención de algunos de los rincones olvidados de nuestra ciudad –como es el caso de algunos muros del Centro Histórico.
La temática de los murales en la delegación Iztapalapa es similar. Se trata del proyecto cultural “Arte Monumental”, donde integrantes del colectivo Iztapalarte pintarán alrededor de 100 murales en diferentes puntos estratégicos de la delegación. Estará enfocada en la infancia y se planea desarrollar rubros como el medio ambiente, la educación o el combate al acoso escolar, de acuerdo a uno de los líderes del colectivo Iztapalarte, Enrique Reyes Lugo, quien dijo que estiman terminar en dos años aproximadamente.
El primer mural inició en la Unidad Habitacional Morelos II, de la delegación Iztapalapa con el objetivo de que, a través del arte, se recuperen los espacio público abandonados. En tanto, la mandataria delegacional anunció que el primer mural inició en la colonia Hank González, pero en los próximos días comenzarán a intervenir inmuebles en las avenidas Ermita Iztapalapa, Tláhuac y Eje 6 Sur.
Se trata de un ejercicio para generar políticas públicas incluyentes, en las que los jóvenes sean escuchados y se involucren en las acciones de gobierno para crear desde ahora y en futuro, una integración ciudadana responsable.
Pintar murales en la CDMX es una excelente opción para rescatar barrios o zonas; embellecer, también, el paisaje urbano y dignificar a los artistas callejeros con excelentes muestras de color y pasión ejercidos en cada trazo fomentando una cultura del cuidado y restauración de los espacios públicos.
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