Hablemos de un cine que coexiste con el espectador a través de una narrativa poética.
En la cinematografía, como en todo arte, no hay estructuras inmóviles; las formas son inagotables. Tendencias, vanguardias, movimientos, formatos, géneros se cruzan y retroalimentan, mientras que van surgiendo mecanismos que obligan a replantear teorías y enunciar nuevos conceptos.
Películas que en su realización adoptan sus propias reglas internas para crear micromundos en donde se reflejan distintas realidades. Las emociones toman tiempo para construirse en pantalla y es por eso que cada película desarrolla su propio lenguaje y focaliza la atención del espectador de tal manera que se pueda apreciar una experiencia estética, intelectual y emocional.
Sin duda apostar por la transformación y la ruptura ante los modelos tradicionales permite que se abran nuevos canales de discusión sobre la práctica cinematográfica.
Ponemos en la mesa a cinco realizadores mexicanos que a lo largo de este año han compartido sus películas promoviendo la reflexión poética e invitándonos a una apreciación cinematográfica elegante, compleja, emocional e innovadora.
El trabajo fílmico de “Margarita”, “Epitafio”, “Malva” y “El brillo de tus ojos se extinguirá con la oscuridad del mundo”, explora particularmente el mundo de los detalles dejando que el espectador genere sus propias conexiones. Son obras que enseñan menos para decir más y conjugan lo simple y lo sutil para lograr la belleza en su narrativa. Los montajes externos e internos avanzan de manera cautivadora realizando no sólo simples retratos sino construyendo personajes que toman decisiones y viven monólogos introspectivos; los cuales podemos reconocer a través de elementos narrativo-poéticos que residen en cada escena.
“Es necesario que una imagen se transforme al contacto con otras imágenes, como un color al contacto con otros colores. Un azul no es el mismo azul al lado de un verde, de un amarillo, de un rojo. No hay arte sin transformación” (Bresson).
Lucero Sánchez Novaro nos adentra en una atmósfera sumamente bella e inocente, la cual refleja fielmente un mundo interior femenino e infantil. La carga estética de cada cuadro obliga al espectador a sumergir su atención emocional en el personaje; esa pequeña niña y su relación temprana con la muerte. Malva tiene la capacidad de llevar emocionalmente de la mano al espectador, quien poco a poco descubre una expresión narrativa particular dada a través de los detalles. Es precisamente con estos detalles que Lucero logra hacer de esta narrativa un acto poético.
MALVA 
(Lucero Sánchez Novaro) “Es un cortometraje sobre Estela, una niña de 9 años, y su experiencia de descubrimiento personal a través de un acercamiento con la muerte.”
Rubén Ímaz y Yulene Olaizola manejan una elegancia cinematográfica impactante. El cine de la pureza y el minimalismo; en donde los recursos narrativos son los más sencillos y a la vez los más complejos, logrando contar una historia, llevarnos hacia una aventura, situarnos en un contexto histórico-social, envolvernos en una experiencia cinematográfica casi hipnótica y sobre todo dejándonos espacio para la reflexión. Es por su exploración del lenguaje que podemos realmente involucrarnos emocionalmente con el filme, y es por su apuesta a un cine verdadero lo que nos hace vivir una experiencia poética en su totalidad.
EPITAFIO 
(Rubén Imaz, Yulene Olaizola) “Para nosotros dos la cámara fue una máquina del tiempo, y el rodaje fue una aventura de alpinismo. No solo soñamos con hacer la película, nos gusta vivir el proceso mientras la hacemos. Epitafio es una película épica, histórica, de aventura y montañismo, pero es ante todo un viaje mental y una confrontación entre el hombre y la naturaleza.”
Bruno Santamaría nos recuerda que las historias más bellas son las nuestras. Las historias que no son más que un cúmulo de emociones reales, en personajes reales, en situaciones reales, que habitan en un montaje trabajado desde el corazón. Margarita es una película de amor narrada en un lenguaje sumamente íntimo. Un poema que describe la línea entre la lucidez y la locura, una película que explora todo tipo de límites y que su apuesta siempre es la emoción. Bruno logra transformar, en esta ópera prima, una atmósfera urbana, a veces fría y por momentos desprotegida en un filme bello, cálido, lleno de vida y sin duda amoroso.
MARGARITA
(Bruno Santamaría) “Es la experiencia de escuchar y mirar, de sentir muy de cerquita a una mujer muy bella y compleja llena de lucidez y locura, quien pretende ser retratada en un documental.”
Pepe Gutiérrez optimiza sus recursos narrativos manejando el espacio-tiempo de forma precisa y necesaria. Sabe darle el valor a cada plano, invita al espectador a llevar una reflexión narrativa y a poner su atención emocional ante toda su obra. Pepe nos recuerda que lo que se ve y lo que se escucha tiene que ver con qué cree el director con respecto a la naturaleza humana. Su acto poético, parecido a un haiku (tipo de poesía japonesa), está construido en la asociación de una imagen con otra y que en su conjunto nos dejan más que una narrativa convencional; nos llevan a una reflexión social, nos envuelve en una emoción confrontativa y nos sumerge en la exploración de un lenguaje minimalista que a la vez resulta sensorial. El brillo de tus ojos se extinguirá con la oscuridad del mundo, es una obra fílmica en donde habita el arte de las imágenes necesarias.
EL BRILLO DE TUS OJOS SE EXTINGUIRÁ CON LA OSCURIDAD DEL MUNDO
(Pepe Gutiérrez) “Para mí esta película es permitir que el espectador viva la representación de una realidad con cierta angustia pero desde la comodidad y seguridad de una butaca. Intento narrar un panorama atroz de manera verdadera a partir de la exploración de la hiperrealidad en el espacio y tiempo de la película.”
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