LIMBO, es una plataforma urbana que procura la alimentación mexicana a través del resguardo de lo más valioso que tenemos como civilización sedentaria: la semilla.
Como advierte la plataforma LIMBO, una civilización sin semillas no es tal. Es innegable que es un tema que a todos debería preocuparnos y ocuparnos, de entrada porque se trata de nuestra alimentación, que tristemente le hemos delegado a empresas multinacionales que, entre otras cosas, se dedican al exterminio de las semillas madre, esto es, de las engendradas en la tierra de manera natural. No sorprende enterarnos que, por ejemplo, hoy en día la mayoría de semillas de maíz mexicano no son del todo puras, no pertenecen al linaje originario del maíz ancestral, de tal manera que productos como la tortilla, derivados de ésta, atentan contra nuestros derechos culturales y de alimentación.
Por otro lado encontramos, el crecimiento desacelerado de la población mexicana, o los desbalances climáticos, políticos y económicos en materia de alimentos; el desabasto alimentario se convierte en una crisis nacional.
Con la idea de concientizar a la población de la crisis alimentaria que vivimos, no sólo con medidas discursivas, también con un proyecto que suena bastante sustentable, nace LIMBO, una red ciudadana de protectores de semilla formada por guardianes y consumidores que buscan salvaguardar la semilla mexicana por un futuro ciertamente más natural y auténtico para nuestra comunidad.
La idea del proyecto es crear una especie de instalación pública en la que jardines o bancos de semillas converjan para el fin común de la Ciudad de México. La reconexión de los individuos con las tradiciones de almacenamiento, se logra gracias a esta instalación formada de varios módulos contenedores de cajas que a su vez contienen otras cajas con semillas de diferentes especies. Estos volúmenes están etiquetados con la información necesaria para el cultivo y la conservación de las especies, perpetuando los conocimientos que nuestra civilización a adquirido a lo largo de la historia.
Así, la semilla esta protegida de su entorno como una fruta protege la vida que lleva dentro, con varias capas de piel, y la información horticultora, se mantiene a través de las etiquetas de estas capas.
Como se a mencionado antes, funciona con tres elementos principales: semillas, guardianes y consumidores. Los guardianes se encargan de atesorar las semillas, seleccionando la variedad que desean resguardar en los recipientes hexagonales que conservan intactas las semillas. Los consumidores serán las comunidades que necesiten de las conservas en caso de crisis alimentarias en la zona.
LIMBO se encuentra en desarrollo gracias a una beca pública del FONCA que obtuvo la arquitecta Adriana David, titular del proyecto.
Para saber más sobre el proyecto invitamos a nuestros lectores a mirar el siguiente video:
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