¿Conoces los barrios coloniales que se mantienen incólumes alrededor de la capital?
No cabe duda de que uno de los aspectos más sugestivos de la ciudad es su arquitectura. Ésta se desdobla en todos los rincones de la urbe, y es que se trata de una expresión artística tan ecléctica que destaca en otras latitudes del mundo.
La etapa colonial fue una de las más influyentes en la arquitectura citadina. Esta época histórica de México, que también se conoce como el Virreinato, da inicio en el siglo XVI, con la caída de Tenochtitlán y la fundación de la Nueva España. Durante estos 300 años (de 1521 a 1821), la capital fue revestida con un nuevo tono: el europeo.
La Colonia trajo consigo profusas modificaciones. El trazo de la ciudad, la lengua, la jerarquía social, las prácticas religiosas y las expresiones culturales son sólo algunas de las características que cambiaron durante este periodo, en lo que solía ser Tenochtitlán. Sin duda la arquitectura de la Nueva España tenía que transformarse, para dejar a un lado el semblante indígena y adoptar el europeo.
Pese a que con la llegada de la Independencia y el desarrollo tecnológico la urbe tomó un estilo mucho más moderno en lo que a arquitectura se refiere, aún prevalecen barrios citadinos con ese estilo colonial tan entrañable. Aquí algunas de las colonias que todavía cuentan con estos detalles virreinales en sus edificaciones:
Roma
Lo cierto es que esta colonia se fundó a principios del siglo XX. Y si bien no data de la época colonial, su creación sí es una alusión a ésta. Fungió como asentamiento de la clase alta de la sociedad, quien se encargó de erigir edificaciones suntuosas y callejones grandes durante el porfiriato. La avenida Álvaro Obregón es una representación de los bulevares parisinos, y casi todas sus construcciones cuentan con detalles coloniales en sus fachadas. Sin duda una hermosa colonia para vivir.
Coyoacán
Se trata de uno de los barrios más pintorescos y culturalmente activos de toda la ciudad. Esta zona cuenta con diversas iglesias, que fueron construidas durante la Colonia para erradicar el politeísmo e imponer la religión católica. Aquí se construyó el primer Ayuntamiento de la Nueva España. Y aunque la zona ya no conserva su fertilidad natural, sí es un barrio repleto de edificios que datan de la época colonial. Son sus haciendas y callejones los que derraman ese aroma encantador de hace siglos.
San Ángel
Casonas, plazuelas y jardines coloniales se encuentran en todos los rincones de este hermoso barrio. Varios inmuebles de San Ángel cuentan con un valor arquitectónico invaluable. La imagen onírica de sus parques y aguas cristalinas atrajo a las órdenes religiosas durante la época virreinal. Aquí se construyeron los conventos del Carmen y San Jacinto, dos referentes claves de la arquitectura colonial. Familias adineradas construyeron haciendas y casas de campo, que hoy por hoy definen la realidad estética del barrio.
Centro Histórico
En el corazón de la ciudad convergen distintas épocas de la historia mexicana. Al mismo tiempo que descubrimos vestigios prehispánicos, se hacen presentes los atisbos coloniales. Aquí yace un hermoso sincretismo, un choque armonioso de civilizaciones que nos definen como capitalinos. Virreyes, duques y otros exponentes de la vida colonial vivieron en esta zona, la cual es actualmente la más importante de la capital. Un emblema arquitectónico de la colonia, sin duda, es la magnífica Catedral Metropolitana.
Tlalpan
Se trata de uno de los barrios más antiguos de la ciudad. Su historia se remonta a la época prehispánica, pero es su periodo colonial el que mayor auge tuvo. Fue parte del Marquesado del Valle. Aquí se establecieron distintos conventos, escuelas y hospitales durante la Colonia. La ruta del Zócalo a Tlalpan fue una de las primeras del transporte virreinal. Pasear por los edificios adornados con arcos es como subirse a una máquina del tiempo.
Tacubaya
Otro barrio habitado por la alcurnia de la época virreinal. En esta etapa histórica, Tacubaya se convirtió en un lugar lleno de casonas de campo para los personajes más ricos de la ciudad. Manuel Escandón y el conde de Cortina son sólo algunas de las personas que contaban con su residencia de descanso en la bonita zona. Fue una zona importante en este periodo, se construyeron conventos y edificios para albergar a los mestizos de la Nueva España.
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