La selva es una maraña de vegetación queriendo tocar el cielo.
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México es un país increíble. Tenemos la gastronomía más artística del planeta. Aquí la cultura se respira en el aire y además en este vasto e inmenso territorio coexisten casi todos los ecosistemas que hay en la Tierra, lo cual es a la vez único y extraordinario.
Y aunque cada biosfera que tiene esta nación es valiosa, hay una poco explorada a la que vale la pena proteger, la de las selvas tropicales. Lugares maravillosos (distribuidos entre varias entidades), que en pleno siglo XXI continúan siendo un misterio porque su extraordinaria diversidad y el complejo funcionamiento de su ecosistema todavía no pueden ser abarcados por la ciencia.
En México hay varios tipos de selvas. Se clasifican según la altura de sus árboles y por la cantidad de follaje que sus plantas arboladas pierden en cada temporada. Aunque todas son maravillosas es importante destacar a las siempre verdes o perennifolias; que son esos espacios en los que la vegetación e no pierde sus hojas en ningún momento del año. Dichas selvas se encuentran escondidas en el sureste mexicano.
Estás junglas están ubicadas en los estados de: Campeche, Veracruz, Oaxaca, Tabasco y principalmente en Chiapas donde se vive la emblemática Lacandona; la extensión de selva siempre verde más grande del país, y el lugar en el que se concentra la mayor biodiversidad de América del Norte. Para los especialistas este recinto bucólico es el último pulmón verde que nos queda.
En este pedazo de poesía natural hay árboles de hasta 50 metros que tienen más de 100 años de edad. Además, este apoteótico rincón es la casa del 30% de los mamíferos y aves que hay en México; ahí se refugian: murciélagos, monos, tapir, el jabalí de labios blancos y por supuesto los emblemáticos jaguares. Asimismo en la Selva Lacandona está el 35% de agua dulce del país. Esto significa que tiene una riqueza hídrica, única y muy necesaria en épocas de sequía.
Dicho lo anterior, es una tristeza decir que por la sobrepoblación y la irresponsabilidad de las políticas públicas, las selvas mexicanas están en peligro y aunque vivamos lejos es el deber de todos protegerlas. No sólo con educación sino apoyando aquellas asociaciones que se dediquen a su preservación.
Para que nos demos cuenta de todo lo que perderemos si no le ponemos un alto a la tala desmedida y a la caza, aquí les dejamos una asombrosa colección de postales de las selvas mexicanas. Imágenes que nos harán viajar por una de los paraísos endémicos más hermosos del presente. Fotografías para hacer conciencia de lo que ya no vamos a tener en el futuro si no cuidamos lo más sagrado que tenemos.