Las Tiendas de Raya durante la dictadura de Porfirio Díaz

Las Tiendas de Raya eran comunes en EU, Inglaterra y Francia.

 

Los 31 años de dictadura Porfirista, que van de 1876 a 1911, son pieza clave para la comprensión de nuestro país, además de ser una de las etapas más controvertidas de nuestra historia.

Por un lado, en el Porfiriato se construyeron 19,000 kilómetros de vías férreas, comunicó al país entero a través de una red telegráfica, se realizaron inversiones de capital extranjero en minería, agricultura, petróleo, entre otros rubros y se impulsó la industria nacional llevando al país a la modernización.

También es cierto, por otro lado, que muchas compañías enajenaron terrenos comunes baldíos, que se modificó la Constitución de 1857 para permitir las reelecciones y se aprobó la ley que otorgaba la gran explotación minera a los capitales de Estados Unidos y Gran Bretaña. Esto fue el inicio de un largo periodo de corrupción, fraudes electorales y la represión de casi 13 millones de personas ligadas a la tierra, donde, a la fecha, seguimos padeciendo las consecuencias y replicas de estos gobiernos.

Uno de los temas más controvertidos de esta etapa son las tiendas de raya. Aunque para algunos escritores como Friedrich Katz “la tienda de raya no [era] un simple abuso de los hacendados; sino una necesidad económica del sistema”, porque como se sabe, para que haya un desarrollo tan grande como el que hubo en el porfiriato, alguien tenía que padecer las consecuencias.

Las tiendas de raya en México replicaban el sistema implementado por Estados Unidos, Inglaterra o Francia, que tuvieron auge en el siglo XIX y principios del XX. Originalmente la tienda de raya fue un mecanismo para distribuir los recursos de las haciendas, eran propiedad de los patrones que expendían comestibles, aguardiente, ropa y calzado de mediana calidad, con lo que “rayaban” a sus empleados.

El pago a los trabajadores se hacía mediante vales (o “monedas” acuñadas por la fábrica o hacienda) que sólo se podían canjear en la tienda de raya del patrón, donde los campesinos adquirían productos. Al inicio, esta forma de pago era muy bajo a cambio de exhaustivas jornadas de trabajo. Pero como los trabajadores no tenían alternativa, ya que vivían bajo condiciones miserables, y como no les alcanzaba para pagar los productos que permitieran su propia subsistencia y la de su familia, se veían obligados a comprar un crédito con un alto interés convirtiéndose en eternos deudores.

El trabajador no podía cambiarse de hacienda o fábrica sin antes saldar la deuda, y si llegaba a escapar era perseguido por la policía para llevarlo de regreso. También era común que los patrones embriagaran a los trabajadores hasta que gastaban todo su dinero, entonces los productos básicos eran vendidos a crédito. Así era como los hacendados retenían a los campesinos en las fincas, y con los precios abusivos de la tienda los hacían adquirir una deuda que terminaba esclavizándolos; muchas veces las deudas se heredaban.

Se les llamaba “Tiendas de raya” porque como la gran mayoría de los trabajadores eran analfabetos dejaban una raya en lugar de su firma, en el libro de registro de pago de nomina. Otro abuso frecuente de los patrones, era engañar a los trabajadores al momento del pago de los salarios, cambiar los números de cobro de deudas, o engañarlos con lo que estaba escrito en el libro de nómina.

Desde las primeras insurrecciones obreras y campesinas de la revolución, promovidas por el Partido Liberal Mexicano, el saqueo y la destrucción de la tienda de raya era obligatorio. Cuando el levantamiento armado se generalizó en la Revolución de 1910, el odio acumulado tras años de explotación se dirigía, en muchos casos, contra las tiendas de raya y sus administradores.

Emiliano Zapata anunció el fin de las tiendas de raya y de diversos abusos en su Manifiesto al pueblo, en agosto de 1914. Un año más tarde, Venustiano Carranza decretó la abolición de las tiendas de raya, reprobando la acción de los hacendados a la explotación del peón, para intentar eliminar la miseria en la que vivían los peones.