Sobre la llegada de la cerveza, la prohibición de papalotes y los 16 tipos de castas…
El periodo que siguió a la caída de Tenochtitlán es conocido como la Colonia, o el Virreinato. Lo cierto es, que la Nueva España duró más que Tenochtitlán, y es que durante estos tres siglos, lo que alguna vez fueron lagos y centros ceremoniales, se tornaron en palacios y plazas que cambiaron para siempre la vida de los mexicas.
Los llamados novohispanos fueron testigo de los cambios políticos, religiosos, sociales y económicos que la Conquista suscitó. Por un lado, es innegable el avance infraestructural que se levantó alrededor de la ciudad. Sin embargo, no se pueden pasar por alto las masacres indígenas que causaron los soldados de Cortés.
Los españoles vinieron a imponer una nueva cultura, y los aztecas, sin opción, tuvieron que ceder ante las calamidades que enfrentaban. El virreinato fue muchas cosas, algunos lo definen como un periodo oscuro lleno de injusticias, y otros reconocen que se trató de una etapa clave para el desarrollo de esta ciudad. De cualquier manera, es un capítulo que ningún libro de historia se puede saltar. Pero sí hay algunos episodios que pocos conocen acerca de este pedazo de México. Aquí algunos datos curiosos de la Colonia:
Castas
Había más de 15
Aunado a los criollos, mestizos y mulatos, la sociedad novohispana estaba compuesta por más de 15 castas. Los nombres variaban y dependían de los progenitores. “Tornatras”, “tente en el aire”, “salta atrás”, “lobo”, “gíbaro”, “albarazado”, “cambujo”, “coyote”, “sambaigo” y “calpamulato” eran algunos de los topónimos.
Cerveza
La producción comenzó en 1540.
La primera producción de cerveza de la Nueva España data de casi dos décadas después de la Conquista. Carlos V fue quien le otorgó la concesión a Alfonso de Herrera para vender la cerveza en el Nuevo Mundo. Y si alguien más lo hacía, tendría que despedirse de todos sus bienes.
Carro de basura
Un conde mandó ponerle una campana
La insalubridad era una problemática preocupante, pues los pobladores de la Nueva España estaban acostumbrados a tirar basura en las calles. La solución del segundo conde de Revillagigedo fue mandar hacer un carro, que pasara por las viviendas dos veces al día. Para que las personas supieran de la llegada, les instaló campanas.
Castigos
Un colectivo capturaba y torturaba criminales
Un grupo llamado la Santa Hermandad se encargaba de combatir la delincuencia en la capital. En 1553, las penas por robo oscilaban entre los azotes, la prohibición de montar a caballo y el corte de orejas.
Papalotes
Hubo un momento en donde se prohibieron
Durante el mandato del virrey Bucareli, empezaron a haber muchos accidentes por culpa de los papalotes. Había niños que se caían de azoteas y otros que eran atropellados por carruajes. Por este motivo, se prohibió el uso de papalotes hacia 1774.
Pan
Llegó por un mero accidente
Los primeros granos de trigo que arribaron a la ciudad, en realidad, se habían colado entre unos granos de arroz. Afortunadamente, quien los encontró decidió sembrarlos. Eran tres, y solo uno dio fruto. Desde que crecieron aquellas primeras espigas, el pan nunca ha faltado en el día a día de la Ciudad de México.
Ejecuciones
Se hacían en plazas públicas
Dos plazas se utilizaban ex profeso para ejecuciones. Aquellos delitos de fuero común se llevaban a cabo en la plaza mayor, mientras que los que tenían que ver con la fe se hacían a un costado de lo que hoy conocemos como la Alameda Central.
Baños públicos
Todavía para 1770 no había baños en las escuelas
Era común que durante este año los niños salieran a la vía pública a hacer sus necesidades fisiológicas. Pero en 1790, se ordenó que los maestros dejaran de permitir estos actos. Se construyeron sanitarios en los colegios, a los que solo se podía ir de uno en uno. Si algún maestro no cumplía con dicha regla, ya no podría dar clases en ningún sitio.