Agustín Lara le obsequió este tema a María Félix como regalo de bodas durante su luna de miel en Acapulco.
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Entre los romances más polémicos que han sucedido en México, sin duda, destaca el del músico Agustín Lara y la actriz María Félix. Se sabe que sostuvieron una tormentosa relación, y pese a que no se tienen actas del matrimonio ni del divorcio, la pareja estuvo casada de 1945 a 1948.
Fue una sorpresa la diferencia de edad entre los dos artistas, sin embargo, Guadalupe Loaeza asegura en su libro biográfico Músico poeta que fue la actriz quien buscó conocer al llamado Flaco de Oro. Entre cartas, textos periodísticos y diarios, la obra narra que cuando Félix tenía 20 años de edad solía escuchar La Hora Íntima por la XWE en las tardes. Un día escuchó la seductora voz de Lara, interpretando una de esas baladas que embelesan a cualquiera, y asevero: “Yo me voy a casar con ese señor”.
Casi una década después, hacia 1943, María comenzaba a hacerse de nombre por su participación en diversos filmes. Trabajaba en el rodaje de la película La China Poblana, junto al actor Tito Novarro, a quien le pidió que le presentara al compositor más romántico de la época.
Desde que tuvo su primer encuentro con Lara, alrededor de la época en que se estrenó Doña Bárbara, María se dispuso a conquistar a Agustín. Y así fue, pronto la gente se encontraba a la bella mujer partiendo por las mañanas de la casa del músico en la calle Galileo de la colonia Polanco. Los medios estaban pendientes de su relación, pues se trataba verdaderamente de una pareja épica: el mejor compositor y la mujer más hermosa de todo México.
A finales de 1945 se realizó el matrimonio en una casona elegante de Polanco, ubicada en la calle de Aristóteles. María reveló después que sobró tanta champaña que a Agustín se le ocurrió regar el jardín con ella, con el objetivo de embriagar a las rosas.
Pese a que se desconoce si el matrimonio entre estas dos personalidades fue verdadero y sobre todo, legal, sí es certero que su luna de miel la celebraron en Acapulco. Se hospedaron en un hotel llamado El Papagayo, lugar que fue testigo de la creación de una de las baladas románticas más sonadas de nuestro país.
Según Carlos Monsiváis, la canción fue escrita por Agustín tras una pelea entre la pareja. A modo de reconciliación, Lara escribió: “La luna, que nos miraba ya hacía un ratito, se hizo un poco desentendida. Y cuando la vi escondida me arrodillé pa’ besarte y así entregarte toda mi vida. Habrás tenido muchos amores, María bonita, María del alma. Pero ninguno tan bueno ni tan honrado como el que hiciste que en mi brotara”.
La romántica canción es un vals en re, que más tarde el músico hizo acompañar de una orquesta. Cabe mencionar, que para 1947, el compositor Chucho Monge demandó a Lara por un supuesto plagio de su canción “El remero”. Lara le dijo: “Chucho, ¿por qué quieres fregarme en una canción que he dedicado a la mujer más bonita de México?”
Los dulces versos y las inconfundibles armonías que constituyen esta canción resuenan hasta el día de hoy en la memoria de aquellos que disfrutan melodías clásicas mexicanas. Cualquier mujer que lleve el nombre de “María” cae rendida ante la dedicatoria de esta preciosa canción.