“Seamos parte del cambio que queremos ver en el mundo”
La pregunta es: ¿qué es un ciudadano? Según algunos expertos es algo más que vivir en una urbe. Ser ciudadano es la posibilidad de participar activamente en una democracia. Es sentirse parte de una comunidad y vivir inmersos en un Estado de Derecho que se gobernado por leyes.
De alguna manera u otra, todos somos ciudadanos, sin embargo, no todos somos buenos ciudadanos y aunque no lo parezca (y sólo haya una palabra de diferencia), el abismo que hay entre estos dos conceptos es enorme. Después de todo ser un buen ciudadano conlleva muchas responsabilidades.
Los buenos ciudadanos van más allá de sus intereses inmediatos. Son los que están conscientes de sus derechos y obligaciones. Son los que participan activamente en su comunidad para mejorar la vida de sus conciudadanos. Son los que quieren transformar para bien el lugar en el viven. Son los que se informan, analizan y opinan acerca de su entorno.
Sin duda, la CDMX necesita que haya mejores ciudadanos. En honor a eso y a que en los próximos días empezará un nuevo año, hemos creado una lista de propósitos para que todos los que vivimos aquí nos convirtamos en agentes de cambio y en el 2018 esta megalópolis se convierta en un lugar en el que reine: el respeto, la igualdad y la solidaridad entre sus habitantes.
No perder la solidaridad que nació 2017
Mantengamos la fraternidad del 19 de septiembre, 365 días del año…
Tras el sismo del 19 de septiembre los capitalinos nos volcamos a la calle a ayudar desinteresadamente a todo aquel que lo necesitara. Algunos fueron a recoger escombros, otros organizaron centros de acopio. Los que tenían moto llevaban cajas de un lugar a otro. Los que tenían ropa de sobra la donaban a los albergues. Los que sabían contar un cuento alegraban a los niños.
Pues bien, la propuesta es conservar ese espíritu fraterno todo 2018. Hay que ayudar al otro cotidianamente, ser amables, sonreír, dar con frecuencia lo que ya no usemos, donar sangre, acercarnos a nuestros vecinos y dar la mano cuando alguien lo necesite. Dejar atrás el egoísmo es el síntoma de una sociedad sana.
Respetar los espacios públicos
Todos cuidemos lo que es de todos…
Los espacios públicos son aquellos lugares en los que cualquier persona puede circular libremente. Mantenerlos limpios y en buen estado es responsabilidad tanto del gobierno local como de los ciudadanos.
Esto quiere decir que preservar la belleza y la integridad física de: los parques, las plazas, las bibliotecas, los árboles y las plantas le toca a todo aquel que disfruta de estos sitios.
Usar menos el coche
Menos contaminación y menos estrés…
Aunque en una ciudad tan grande como esta a veces es imposible dejar en casa el auto, hay que intentar (en la medida de lo posible) usarlo sólo cuando sea muy necesario. Las ventajas de prescindir de este medio de transporte son muchas. Cambiar el carro por la bicicleta o los pies ayuda a: tener una vida más saludable, a disminuir el estrés, a ahorrar dinero y sobre todo contribuye a mejorar el enorme problema de contaminación que hay en la CDMX.
Respetar a los peatones y ser buenos peatones
El arte de respetar los semáforos…
En esta ciudad de alguna u otra forma todos somos peatones. Esto significa que cada individuo que vive aquí es parte del sistema de tránsito de la capital y es su responsabilidad cívica interactuar de una manera segura en la vía pública.
Cuando esté en rojo los automovilistas no deben pasarse por ningún motivo el semáforo. También deben respetar las líneas peatonales, no hay pretexto. Asimismo, los transeúntes deben cruzar las avenidas sin hablar por celular, sin distraerse y con orden.
No tirar basura en la calle
Por educación y por respeto…
Tirar basura en la calle es no sólo un acto de mala educación, es una enorme falta de respeto al medio ambiente y a la convivencia. Dicho lo anterior, un buen ciudadano sabe que si no hay un bote cerca tiene que guardar sus desperdicios y tirarlos hasta que encuentre uno.
Hay que recordar que, en la época de lluvias muchas partes de la ciudad se inundan porque las coladeras están llenas de basura, de colillas de cigarro sobre todo. Si no queremos que la CDMX se rebase cada verano y no queremos que en las esquinas haya focos de infección, debemos no sólo no arrojar basura, debemos vigilar que los otros no lo hagan.
Leer más
Abrir un libro para ser buenos ciudadanos…
Aunque parece una decisión personal, en realidad incentivar la lectura es una manera estupenda de formar mejores ciudadanos. Abrir un libro es la posibilidad de combatir frontalmente a la ignorancia y a sus terribles consecuencias. Le da a los individuos herramientas para gestionar mejor la información de su entorno.
Ir a alguna de las cuantiosas bibliotecas públicas hay en la capital y leer lo que sea tiene muchos beneficios: aumenta el nivel de concentración, mejora la ortografía y la redacción y desarrolla las capacidades cognitivas.
No hacer lo que no queremos que nos hagan
Una norma fundamental…
Esta es una regla de oro necesaria para la buena convivencia. Después de todo, si queremos vivir en una urbe en la que prevalezca el orden y el respeto hay que ser conscientes de nuestros límites personales y ejércelos no sólo con nosotros mismos sino con el prójimo.
Esto quiere decir que si no nos gusta el ruido; no hay que hacer fiestas que despierten a los vecinos. Si no nos gusta que los otros conduzcan violentamente; no hay que manejar erráticamente. Si no nos gusta que se nos metan en la fila; no hay que buscar pasar primero. Esta norma parece simple y aun así a muchos les cuesta trabajo seguirla.
Consumir local
Vamos a los mercados de la esquina…
En una ciudad moderna como la nuestra, ocasionalmente es más fácil ir a un supermercado para abastecer la despensa. Sin embargo, hay que recordar que vivimos en un país en el que abundan las delicias regionales de alta calidad y bajo costo.
Las ventajas de cambiar las cadenas por mercados o tianguis son cuantiosas. Comprar productos locales ayuda a la economía, es más sano (ya que son alimentos frescos) y permite que las ganancias no se queden en un monopolio, sino que vayan ahí donde más se necesitan.
Levantar la voz y exigir derechos
La justicia es un derecho irevocable…
Aunque el cambio está en un mismo, un buen ciudadano debe mantenerse bien informado acerca de sus libertades individuales. Asimismo, debe estar atento a que las autoridades y los gobiernos respeten cabalmente los Derechos Humanos. Es decir, cada mexicano tiene la obligación moral de vigilar que aquellas leyes que promueven la libertad, la igualdad, la vida y la dignidad se cumplan como lo dicta la Constitución.
En caso de ser víctima de injusticias o atestiguar faltas en los otros, el ciudadano tiene la responsabilidad cívica de manifestar su descontento de la forma que le parezca adecuada.
Infórmate y participa en las elecciones con información
Lo más importante que podrás hacer como ciudadano es votar…
Como ya todos los sabemos, el próximo año habrán elecciones. El 1 de julio los ciudadanos mexicanos tendremos que elegir más 3,400 cargo de representación. Aunque a muchos les parezca inútil, es necesario que todos seamos parte de este proceso electoral. Después de todo, las decisiones que tomemos ese día de verano definirán el futuro los próximos seis años de nuestra existencia. Es importante que además de sacar la INE e ir a votar, en la medida de lo posible los ciudadanos nos ofrezcamos como voluntarios para vigilar que el proceso democrático se lleve a cabo con todas las de la ley.
Para participar como se debe, es muy importante que antes de emitir cualquier voto nos informemos de quiénes se están postulando para los cargos públicos. Más allá del partido o de la ideología, hay que cuestionarnos las siguientes interrogantes: ¿Qué proyecto de país queremos? ¿quiénes pretender representarnos en el Congreso? o ¿qué alcaldes se encargarán de nuestra delegación? y ¿cuáles son las propuestas de los candidatos a diputado local?
Foto principal: Sin Embargo