“Educar con el ejemplo no es una manera de educar, es la única”.
Albert Einstein
El papel que juegan los padres en la educación de sus hijos está en constante evolución a lo largo de su crecimiento, sin embargo una cosa permanece constante: los padres siempre serán los modelos de comportamiento para sus hijos.
Desde que llegan al mundo, los bebés aprenden cómo funciona su alrededor imitando a las personas que los cuidan. En un principio las imitaciones (mímicas) son bastante básicas, vemos a los bebes copiando gestos, sonidos, palabras, y sonrisas.
Con el tiempo la complejidad en las imitaciones aumenta, los niños comienzan a imitar a los adultos al sentarse en una silla, en sus preferencias alimenticias, en el uso de manierismos, y en la capacidad de relacionarse con otras personas.
Eventualmente los valores como la disciplina, el respeto y la honestidad son incorporadas a las acciones de los niños si ven que sus padres las mantienen consistentes en sus relaciones y su vida. Los niños aprenden de la manera en la cual los padres afrontan la vida ya sea positiva o negativa.
También desarrollan su capacidad para resolver problemas con observar a sus padres reaccionar en situaciones de crisis. Comúnmente, los padres tienden a tener cuidado con lo que les dicen a sus hijos pero no con lo que hacen. Aunque verbalmente se les aconseje que hacer, ellos se fijarán en el comportamiento de sus padres..
El ejemplo está en las acciones más que en las palabras y discursos.
Para poder brindarle el mejor ejemplo a los niños no basta con querer. Es necesario que tanto los padres como los cuidadores, maestros, tutores o cualquier persona que pase tiempo significativo con ellos, desarrolle las habilidades necesarias para ser un buen ejemplo de comportamiento para los niños.
Los valores, intereses, relaciones, miedos, y fortaleza emocional entre muchas otras cosas se construyen con la influencia de los adultos que los educan. Es una enrome responsabilidad y se necesita de mucha consciencia, consistencia y trabajo personal para construir estas bases sólidas y habilidades para desempeñar un buen trabajo como educadores.
Sin embargo, como sociedad hoy en día enfrentamos grandes limitaciones en la educación esco-lar como familiar.
Una encuesta elaborada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), revela que uno de los problemas más graves en la educación en nuestro país es la mala formación pedagógica de los maestros.
En esta investigación donde intervinieron más de 90 investigadores, 65 asistentes y 23 institutos se concluyó que la percepción de los mexicanos es que los docentes no tienen habilidades sufi-cientes para dar clases, y como efecto los alumnos no cumplen con el nivel educativo esperado.
Desafortunadamente, la limitación del sistema educativo en nuestro país, no solo tiene una enorme influencia en el crecimiento intelectual de los niños sino también, en su desarrollo personal y emocional.
Otra limitación son los prejuicios sociales que los padres enfrentan comúnmente al pedir ayuda y buscar información para mejorar su desempeño. Desafortunadamente, existen muchas criticas alrededor de esto, lo cual mantiene a los padres sin el apoyo necesario por el miedo a la reacción social inmediata.
Es esta falta de información la cual mantiene a la educación autoritaria siendo la más común como sistema educativo en nuestro país y en el mundo. Este sistema esta basado en cumplir reglas para evitar castigos, reforzando el comportamiento con golpes, castigos, gritos, premios y recompensas. Este sistema es muy poco efectivo, ya que en lugar de aprender, el niño sólo es motivado por el miedo de ver a sus papas enojados. Se queda confundido y comienza a desconfiar de los adultos que lo rodean.
Culturalmente sufrimos de este problema, pero lo normalizamos como sociedad. Inclusive se ha vuelto un clásico de nuestro país, la imagen de la abuela regañando a los niños con la chancla en la mano…. nos reímos, porque no vemos los enormes problemas detrás de esto.
Los niños cuando ven a los adultos enojados ó violentos, comienzan a reprimir y enterrar a sus emociones para intentar desaparecer el miedo que sienten. La parte que perdemos de vista es que el niño al hacer esto, está sacrificando su mundo interno, comienza a desconectarse de sus emociones, las cuales no son fáciles de recuperar después de un tiempo.
Con este sistema, se esta educando a los niños a ser insensibles, desconectados de sus emociones, y sin capacidad de expresión emocional.
¿Todo esto a costa de que? ¿De que se porten “bien”? ¿No hagan ruido? ¿Dejen de llorar?
John Bowlby, psicólogo inglés y pionero en la teoría del apego, decía que un niño que sabe que su figura de apego es accesible y sensible a sus emociones, le da un fuerte y penetrante sentimiento de seguridad, el cual alimenta a valorar y continuar esa relación de manera afectuosa.
Los niños por su naturaleza son mucho más vulnerables que nosotros, y esto puede interferir con el comportamiento que como adultos esperamos de ellos. Si el adulto en los momentos vulnerables del niño, etiqueta su actitud como un “berrinche” y lo castiga, lo que está haciendo es negar que el niño está sintiendo algo, y el niño al no sentirse entendido se cierra emocionalmente ante sus padres y el mundo.
Harry Harlow, en su teoría sobre la primera infancia, menciona que los niños nacen con un repertorio de conductas las cuales tienen como finalidad producir respuestas en los padres: la succión, las sonrisas, la necesidad de ser abrazado y el llanto, no son más que estrategias, por decirlo de alguna manera, del niño para vincularse con sus papás. El niño necesita utilizar a los padres como la figura de apego para construir una base sólida para entonces explorar el mundo con mayor seguridad.
Si podrías cambiar algo de la educación que tú recibiste. ¿Qué cambiarías?
Me gustaría compartir la experiencia que tuve al conocer a Yukunay, una empresa dedicada a brindarle a los padres y cuidadores de niños una oportunidad para volverse más sensibles a las necesidades emocionales de sus hijos.
Yakunay, la cual tiene como definición en maya: Amor, trabaja todos los días en apoyar a los cuidadores a mejorar la relación afectiva con sus niños y que a su vez estos niños tengan capacidad de una regulación emocional.
Michelle Aziz, fundadora de Yakunay, menciona que está demostrado que niños que lograron tener buenos vínculos con sus cuidadores, son adultos más seguros y con la capacidad para relacionarse de forma empática tanto con su familia como con la sociedad en general.
Después de estudiar su licenciatura en psicoterapia infantil, Michelle se dio cuenta de la importancia de trabajar en la prevención, ya que es el verdadero y único camino para poder corregir la causa del problema. “la prevención no está en la adolescencia como muchos lo creen, sino está en la primera infancia”, dijo.
En Yakunay existen diferentes programas los cuales están dirigidos a diferentes poblaciones según sus necesidades. Algunos de ellos son: programas para niños que nacen en cárceles, albergues para niños maltratados, escuelas preescolar, guarderías, padres de familia, entre algunos otros.
Estos programas buscan a padres que quieran mejorar en su capacidad educativa, ya sea por alguna limitación que estén enfrentando en el momento, o simplemente quieran ser cada día mejores ejemplos para sus hijos.
Otro objetivo que tiene esta empresa al impartir programas de educación para educadores, es reducir la violencia en nuestro país, ya que la falta de educación desencadena problemas como violencia intrafamiliar que tiene como efecto que los niños imiten este comportamiento con la sociedad y todo lo que los rodea.
Esta es una invitación para todos los padres de familia, maestros, y cuidadores que quieran lograr que todos los niños alcancen su máximo potencial de desarrollo y tengan una mejor calidad de vida.
En Yakunay trabajan con los papás, ya que es la mejor forma de trabajar con los niños. Imaginen poder escoger ser los mejores papás para sus hijos….
Contacto: michelleaziz@yakunay.com