Mexicana Jail Brand.
Se estima que en el país, los jóvenes de 18 a 28 años de edad, representan el 28.8 por ciento de toda la población carcelaria. Esto coloca a los jóvenes como uno de los grupos más grandes y vulnerables privados de la libertad. Si a esto le agregamos los cientos de problemas y vicios que existen en el sistema penitenciario mexicano, como el autogobierno dentro de los penales, la corrupción, la drogadicción y los malos manejos, podemos ver un grave problema que sufre estos grupos.
Asimismo, la cárcel mexicana, de acuerdo con el informe del World Justice Project, se encuentra entre los 10 países con el peor sistema de justicia penal del mundo, por debajo de países como Uganda, Etiopía, Bangladesh, Rusia, Belice, Panamá República Dominicana, Kyrgyzstan, Filipinas, Liberia y Guatemala. De hecho, la evaluación del sistema penitenciario fue donde México obtuvo su peor calificación.
Así que no es raro encontrar muchas fallas en le sistema, y personas que han pisado la cárcel por malos manejos administrativos. Este es el caso de un mexicano que llegó a vivir medio año en el reclusorio, por un error, pero que gracias a su talento para pintar, creo “Mexicana Jail Brand”, una empresa 100% mexicana que le dio una segunda oportunidad en la llamada “universidad del crimen”.
Mexicana Jail Brand crea diseños únicos, hechos a mano por un grupo de artistas mexicanos que están, o estuvieron, en la cárcel por algún delito menor. Diego Alcalá es el fundador de la compañía, que cree que la idea de trabajar con personas en situación de encierro punitivo, surgió luego de ver un documental de las cárceles de México; y por la urgencia de hacer ayudar a estas personas.
Mexicana Jail Brand se fundó en 2017, y esta empresa ha patrocinado 200 obras y vendido 160 en México y Estados Unidos. El objetivo de la compañía es ofrecer una segunda oportunidad a través del arte y, para ello, Alcalá explicó que los participantes colaboran de tres formas:
*Con imágenes que les pide el cliente.
*Diseños propios de Mexicana Jail Brand.
*Con sus propias creaciones.
Esta empresa lleva todos los materiales a los internos de los penales, los internos pintan y la compañía se encarga de vender los productos y hacer que los internos reciban el dinero a través de depósitos o por medio de algún familiar. Además de internos y personas que estuvieron en prisión, la iniciativa también incluye a personas de bajos recursos. Hasta el momento el equipo está conformado por tres reos, dos ex reclusos y un grafitero sin antecedentes penales.
Así, pues, las ganancias se distribuyen entre el artista, la compra de materiales y el lugar donde se expone la obra. El precio de las piezas depende de la obra, el tiempo de manufactura, la dificultad que tome y del tamaño de la obra. Atualmente la iniciativa está buscando más puntos de venta para comercializar las obras, como hoteles, tiendas de muebles y exposiciones.
