El castillo colorado del enigmático Regis Pigeon en la colonia Juárez

Regis Pigeon es casi un enigma en Internet. Y tal vez lo sea para cualquier mortal sino se aclara de inmediato que se trata del arquitecto e ingeniero británico responsable de dejarle a la Ciudad de México el Edificio de las Brujas. Buscando a Regis Pigeon en Google, primero encontraremos a un futbolista, y luego aparecerá el constructor en páginas con escasa información repetida, pero ni un dato biográfico. Menos que menos su cara o derrotero profesional. El edificio ubicado en la esquina de Berlín y Versalles, en la colonia Juárez, a finales de los años setenta. Construido en 1910 por Regis A. Pigeon, fue uno de los primeros conjuntos habitacionales de su tipo. Originalmente estaba integrado por dos bloques que ocupaban toda la cuadra del lado de Berlín; luego de caer en el abandono, en el 2005 fue rescatado, aunque sólo se pudo conservar la fachada del primer bloque unida a un edificio nuevo. Pigeon venía de construir también con ladrillo a la vista el edificio Río de Janeiro en la capital de México, hoy llamada coloquialmente “La Casa de las Brujas”, primer complejo departamental de la ciudad. Según páginas mexicanas, debe el apodo a que en el edificio habitó la chamana “Pachita”, a quien visitaban personas de todas clases sociales porque no cobraba los servicios. La leyenda dice que el espíritu de Pachita aún ronda por los pasillos del edificio, donde lo más terrenal es una reproducción del David de Miguel Ángel. Este inmueble de estilo ecléctico destaca por su fachada de tabique aparente y su amplia mansarda o tejado inclinado, además del techo en forma de cono y los vanos falsos que rematan la esquina, elementos por los que se ha ganado algunos sobrenombres. Fue una de las primeras edificaciones en la manzana, por lo que no tiene muros de colindancia y hoy las ventanas que miran al sur y al oriente se ven ensombrecidas por paredes más altas. Los departamentos confluyen en un patio interior, que con toda la planta baja fue remodelado en estilo art déco, época en la que el edificio adquirió su nombre actual. Este sitio icónico de la colonia Juárez es mencionado en obras como La cabeza de la hidra, de Carlos Fuentes, y El desfile del amor, del Sergio Pitol. Los ladrillos fueron importados de las islas británicas en los barcos que volvían de llevar granos a Londres desde México, al igual que las aberturas de madera; la pinotea de los pisos y todos los hierros para montar como un mecano la estructura portante (otra particularidad del edificio), además de los puentes/pasillos que hacen a la circulación interna; barandas; las rejas de puertas y balcones y de la marquesina ubicada sobre la entrada principal.

Foto de @luisarizamx