Una granja mexicana obtiene certificado del manejo compasivo de sus animales

Es la primera vez que se concede el sello Certified Humane de Bienestar Animal en México.

 

Las granjas con un sistema de producción industrializa utilizan tecnologías semejantes a una producción en serie; con el fin de aumentar las ganancias se confina a los animales en el menor espacio posible y se emplean técnicas que maximicen sus tasas de crecimiento. Ese sistema industrial ocasiona problemas a las personas involucradas con la producción, al medio ambiente, a los consumidores y evidentemente a los animales.

Esas prácticas trane consigo prácticas inhumanas a las que los animales son sometidos, como el uso indiscriminado de antibióticos en animales produce bacterias sumamente resistentes. El Institute of Medicine at the National Academy of Sciences estimó que tan solo en Estados Unidos el costo del tratamiento de infecciones resistentes a antibióticos llega a $ 30 mil millones de dólares por año.

 

 

Es por eso que en 1998, Adele Douglass percibió una forma de ayudar a los animales concientizando a los consumidores, por medio de una solución de mercado, creando un programa de certificación y etiquetado accesible a todos los productores, permitiendo que los consumidores votasen  por medio de sus compras y convirtiéndose en la Directora Ejecutiva de Humane Farm Animal Care y fundadora del programa Certified Humane Raised and Handled®.

Esta certificación garantiza que los animales permanecen libres, sin jaulas, rejas o corrales fijos para que puedan expresar su comportamiento natural, en el caso de las gallinas deben poder estirar sus alas y darse baños de tierra y en el caso de los cerdos deben tener el espacio suficiente para moverse y hozar.

 

 

Esta certificación garantiza que el producto provenga de instalaciones que cumplen con estándares específicos de trato hacia animales de producción. Que el productor cubra los estándares de bienestar animal desde el nacimiento hasta su muerte. Que los animales permanecen libres, sin jaulas, rejas o corrales fijos para que puedan expresar su comportamiento natural, en el caso de las gallinas deben poder estirar sus alas y darse baños de tierra y en el caso de los cerdos deben tener el espacio suficiente para moverse y hozar.

Además de que los animales consuman alimento de calidad, sin productos derivados de animales, antibióticos sub-terapéuticos, o promotores de crecimiento. Este sello se puede encontrar en productos de países como Brasil, Argentina, Canadá, Perú, Estados unidos, Australia, Uruguay, Hong Kong y ahora también en México con los huevos del Rancho Dos Aguas.

 

 

Desde 2008 este programa de certificación llegó a Brasil con certificación de pollos de engorde y gallinas ponedoras. Con los años nuevos productores ingresaron al programa en toda América Latina y por primera vez le tocó a México, específicamente a la granja Rancho Dos Aguas con el certificado de bienestar animal.

Está granja está ubicada en Valle de Bravo, Estado de México; y los módulos de la granja se construyeron para mejorar la calidad de los huevos que se destinaban al consumo. Hoy en día cuenta con cuatro módulos que albergan 500 aves cada uno, comentó Pilar Osete Felix, que se graduó en Ciencia Animal en la Universidad de Arizona, en los Estados Unidos, y también ha trabajado con caballos y vacas lecheras.

 

 

En Rancho Dos Aguas, que se llama así porque dos ríos rodean a la granja, el manejo de los animales es completamente manual ya que es menos invasivo y más respetuoso con las gallinas. Además, permite que el equipo de trabajadores esté al tanto del proceso completo, que es algo que no ocurre si la producción es automatizada.

Lo que le importa a esta granja es que las gallinas tengan las condiciones adecuadas de bienestar desde que nacen. “Cuando los animales están bien cuidados y gozan de bienestar, se ven los resultados en la producción. Son seres vivos como nosotros y tienen que recibir cuidados y amor”, dice la administradora de la granja.

 

 

El sistema productivo de Rancho Dos Aguas es de libre pastoreo, por el cual las gallinas tienen acceso a un área externa durante al menos 6 horas al día. La familia responsable de Rancho Dos Aguas está totalmente involucrada en la operación y comercialización de los huevos, además de ser los consumidores más fieles.

A pesar del clima de Valle de Bravo con lluvias y el frío de temporada, la granja cuenta con instalaciones dignas y seguras para las gallinas. Está atenta al mercado actual y se ha dedicado a la venta de huevos a domicilio, haciendo que los clientes están felices por tener huevos frescos cada semana, así como los restaurantes a los que surten el producto.

 

 

La granja se dedica a la producción de huevos y se preocupa ahora más por el bienestar de los animales. En los próximos meses, Rancho Dos Aguas construirá dos módulos más debido a la gran demanda de huevos.  “Nosotros hacemos entrega a domicilio, preferimos tener este tipo de entrega porque entonces podemos tener una comunicación directa con el comensal y poderle decir te traigo este tipo de huevo, pruébalo y dame tus comentarios, regularmente cada semana estamos en casa de los consumidores haciéndoles las entregas, no hemos querido comercializarlo en los grandes centros comerciales por las condiciones que ofrecen, nosotros preferimos tener un producto a un costo accesible para el comensal porque ese es el objetivo del rancho: que este producto llegue al mayor número de comensales posibles y al comercializarlo en estas grandes cadenas el costo se eleva muchísimo” señala Carmona.

 

Foto de portada ABC