En cada rincón de la CDMX puedes probar una alternativa de comida callejera.
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La Ciudad de México es lo tiene todo, pero su oferta gastronómica es un paraíso infinito de sabores. Aquí puedes encontrar todos los platillos de la República y del mundo, además de ser un escaparate de comida callejera, fondas, mercados, hasta restaurantes afamados de chefs reconocidos.
En nuestra querida CDMX, la comida callejera de mejor calidad se distingue por las filas que se forman y la multitud que se reúne alrededor. Por todos lados hay comida rápida y barata, así como puestos que pueden alimentar a un regimiento.
Aquí te dejamos como una pequeña guía de comida callejera que tienes que probar al visitar la CDMX.
Tamales
Las mañanas en la CDMX comienzan con vapor saliendo de las tamaleras. Los hay por toda la ciudad y son tradicionalmente mañaneros. La variedad va desde mole, puerco en salsa verde, rajas con queso y champiñones, de huitlacoche con queso, hasta los muy codiciados tamales dulces.
Ahora bien, si se trata de vivir una experiencia cien por ciento chilanga, pues date sin pensarlo una “guajolota” y acompáñala con uno de sus fieles complementos: ya sea un champurrado, un atole o un café de olla.
Tortas de chilaquiles
Se ocupa paciencia para la interminable fila de fieles y nuevos clientes que día con día se forman ahí. La preparación de la torta es sencilla: una embarrada de frijoles a los bolillos para después rellenarlos de chilaquiles verdes o rojos, la sazón es impecable; los extras son la infaltable crema y el insustituible aguacate; además se le agrega queso rallado, cebolla fresca y rajas de jalapeños.
Tlacoyos
Los tlacoyos son de la comida más antigua y de la más práctica para comer en los puestos callejeros, recién saliditos del comal. Mejor de maíz azul con forma delgada y ovalada; pueden ir rellenos con frijoles negros, habas o requesón; el guiso de tu preferencia, nopales y queso fresco, así como su respectiva salsa.
Tacos de suadero y al pastor
Estos tacos definen muy bien la personalidad culinaria de la Ciudad de México. En los puestos de lámina es donde la experiencia se vive con el aroma que sale de los recipientes metálicos en los cuales se confita el suadero en manteca de puerco, produciendo ese olor atrayente, encantador e irresistible.
Gorditas
Las más famosas son las que están en las inmediaciones del metro Sevilla, por Chapultepec y hasta Salamanca. Son gorditas robustas cocidas y recalentadas en comal caliente y grasoso con un delicioso chicharrón, pero también las hay de papa con chorizo, de requesón, de suadero y hasta de carne al pastor.
Huaraches
Este antojito de maíz va embadurnado con frijoles refritos, puede ser de tinga de pollo, bistec y carne al pastor. Es una excelente opción para los tragones nacionales o extranjeros ávidos de calorías mexicanas. Va espolvoreado con lechuga, crema y queso
Quesadillas
Con queso o sin queso; fritas o light; con tortillas de maíz azul o blanco. Como sea los guisos son incontables. El mercado de Coyoacán es una excelente opción.
Pambazos
Un clásico de la comida callejera, es una torta rellena de papas con chorizo, y hasta frijoles sumergida en un caldillo de chile guajillo, para de ahí pasar a la plancha a una ligera calentada y así la salsa sazone; lleva también lechuga, queso, crema y un poco de salsa verde.
Sopes
Tortilla gruesa cocida en el comal con bordes en la orilla y sumergida en la manteca, vasta agregarle sus frijolitos, su salsa verde, su lechuga y su cebolla.
Tacos de cabeza
Otros clásicos de la ciudad preparados al vapor. La oferta va desde sesos, ojo, maciza, cachete, trompa y hasta lengua.
Tacos de canasta
Comer tacos es un oficio para los habitantes de la Ciudad de México y el de canasta es probablemente el primer taco comercializado, es sin duda el más callejero de todas las opciones.
Tacos de guisados
Muy de la vida cotidiana de entre semana y encuentras cazuelas con guisos mexicanos como hígado, chiles rellenos, nopales, quelites, arroz, picadillo, chorizo con papas, entre otros. Es comida rápida, te despachan al momento.
Migas
Este es un plato tradicional identificado únicamente en la Ciudad de México y data de la época de la Revolución. Se dice que las amas de casa lo preparaban con las sobras de bolillos y huesos de res. A lo largo del tiempo ha pasado de ser un platillo para los pobres a una delicia culinaria.
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