Con el paso del tiempo la humanidad fue haciendo conciencia sobre lo desastroso de su paso por la Tierra. En el ultimo siglo, de la mano de la Revolución Industrial, la explosión demográfica y el apogeo del capitalismo como credo existencial, terminamos por darnos cuenta que nuestra relación con el entorno ha sido deplorable y, en consecuencia, estamos avanzando hacia un desgaste del ambiente y de los recursos naturales que podría traducirse en la extinción de nuestra compleja especie.
En este escenario apareció la sustentabilidad como un hito en el desarrollo de las cosas. El ser capaces de actuar bajo un modelo que garantice la salud del entorno, sin consumirlo en el proceso, se presenta como una especie de utopía asequible, un estado fundamental, imprescindible, para “existir sin destruir”.
Y en este sentido, el contexto más comprometido u obligado a adoptar una filosofía de sustentabilidad es, precisamente, el urbano. Aquellas ciudades que no logren la auto-sustentabilidad parecen irremediablemente condenadas al colapso. Por eso entender qué urbes están logrando implementar mejores condiciones orientadas a este estado resulta de gran importancia, no solo como referentes para el resto de las ciudades, sino como esquemas puntuales de inspiración práctica.
Con este fin, suponemos, cada año se publica el Sustainable Cities Index, un listado que reconoce a aquellas urbes que mejor cumplen con las cualidades que una ciudad sustentable requiere.
En un mundo que está aceleradamente urbanizándose, la manera en que las ciudades son planeadas, construidas, operadas y redefinidas tiene un impacto monumental en lo social, lo medioambiental y lo económico.
Para ubicar las ciudades en la lista, el índice considera tres criterios básicos:
Las personas (azul): desempeño social, incluida la calidad de vida de los habitantes.
El planeta (amarillo): variables medioambientales como emisiones y contaminación.
Rentabilidad (verde): desarrollo económico.
Como se puede notar al observar la lista, el primer bloque está dominado por grandes ciudades europeas (siete de las diez primeras), mientras que la primer urbe estadounidense, Boston, no llega hasta el lugar número 15. En el caso de las capitales latinas, Santiago, Sao Paulo y la ciudad de México son las mejores ubicadas, ocupando las posiciones 30, 31 y 32, respectivamente.
Por cierto, uno de los conceptos asociados a la sustentabilidad urbana, y que quizá incluso va un paso más allá, es el de “ciudades inteligentes”. Lee aquí que hace que una ciudad califique como tal.
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