Tlahuicole, el superhéroe tlaxcalteca que se ganó el respeto del pueblo mexica.
Autor: Nuevo Adicto.
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En el tradicional Tlacaxipehualixtli, festejo religioso de 20 días en el mes de marzo, los mexicas rendían tributo a Xipe Tótec, el amado Dios de la Primavera. Los eventos para conmemorarlo consistían en enfrentar a los mejores guerreros capturados en las guerras de ese año.
Xipe Totec, Veracruz, México, 600-900 d.C., cerámica, alquitrán negro pic.twitter.com/bEWuJqrXc9
— Lycaon ࿓ (@Lycaones) March 17, 2021
Dentro de los casi 20 días de festejos, los últimos dos días eran los más emocionantes, el evento principal llamado temalacatl, fue el más esperado y consistía en colocar al mejor guerrero para que se enfrentara en contra de los cuatro mejores luchadores del pueblo mexica, lo que ponía un toque super especial al evento, es que el guerrero capturado, era atado a una piedra y se le daban armas ficticias, es decir, se le daba un escudo y una porra de fabricada de plumas y papel, mientras que los feroces guerreros mexicas contaban con escudos de madera y navajas de obsidiana.
La leyenda dice que Xipe Tótec se autosacrificó en beneficio de la humanidad, sacándose los ojos y desollándose en vida para alimentar a las personas con su piel. pic.twitter.com/YHgqVYhVC6
— Luis (@luisespitia) March 14, 2021
Entre los cientos de festejos al señor de la primavera, un episodio es el que más destaca y era contado por los cautivos que los españoles habían capturado en el sito de México-Tenochtitlán.
La Historia que narraban los mexicas tenía como personaje principal a Tlahuicole, se cuenta que un par de años antes de la llegada de Cortés, los tlaxcaltecas le hicieron la guerra los huexotzincas, estos al ir perdiendo las batallas, se presentaron ante el señor de Tenochtitlán para pedir su ayuda en la guerra. El gran señor de la Triple Alianza, aceptó y mando cientos de hombres para ganar la guerra.
Tlahuicole fue el mejor guerrero de los tlaxcaltecas, se dice que no era alto de cuerpo pero que tenía la fuerza de cien hombres y que su espalda podía soportar el mundo. Comandante las fuerzas tlaxcaltecas, lamentablemente fue capturado por los huexotzincas cuando sus soldados se atascaron en una ciénaga.
Moctezuma II visitando las tumbas de sus antepasados (Moctezuma en Chapultepec), 1895.
— MUNAL (@MUNALmx) December 20, 2019
Daniel Del Valle.#ColecciónMUNAL pic.twitter.com/wvectxTt14
El héroe fue presentado ante Motecuhzoma II, el huey tlatoani, conocedor de la fuerza y hazañas del héroe tlaxcalteca, decidió encomendar a buena parte de sus tropas bajo su mando para conquistar a los tarascos, nuestro guerrero, acepto humildemente el cargo y condujo con éxito las batallas que le fueron encomendadas, no obstante, los mexicas no pudieron conquistar a los purépechas.
De regreso a la ciudad de México-Tenochtitlán, el guerrero fue condecorado y sus mujeres fueron traídas desde Tlaxcala para complacerle, sus hijos fueron recibidos en la corte real y era el más respetado de la ciudad, sin embargo, esos honores eran una ofensa para nuestro protagonista, que todas las noches pensaba en su pueblo y lloraba por no poder morir en el campo de batalla y consagrar su sangre a los dioses.
Una mañana, se presentó ante el emperador y con lagrimas en los ojos suplicó una muerte digna para un hombre de clase, conmovido por sus lágrimas, el rey ordeno que se presentara en la fiesta del Dios de la Primavera y que fuera protagonista del evento principal.
Una de las esculturas más monumentales de la #ColecciónMUNAL es “Tlahuicole”, realizada en 1851 por Manuel Villar, destacado escultor originario de Barcelona.
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La mañana del equinoccio de primavera se le vio atado en una roca, al poco rato llegaron dos guerreros águilas y dos guerreros jaguar, Tlahuicole, logró desatarse de la roca y derrotar a los cuatro guerreros, que se distinguían por ser los más capaces de todo el ejército mexica, luego, llegaron cuatro guerreros más, con toda habilidad nuestro héroe logro derrotarlos, hay que destacar que solo utilizaba sus manos, mientras los guerreros mexicas iban totalmente armados, fue necesario la intervención de más de veinte soldados para someter nuestro héroe, por fin, herido con múltiples armas de obsidiana, y trascendió mirando al sol, con una sonrisa en el rostro, mientras la multitud se abalanzaba hacia su cuerpo.
Toda la historia de Tlaxcala, aquí la de Tlahuicole. pic.twitter.com/7a7obrCzjq
— Paco Ro (@paccomx) April 10, 2020
Bibliografía: Delgadillo Torres, Rosalba, El equinoccio de primavera: mitos y realidades. México, UAM, 2008, p. 57-62.