El lenguaje es una especie de espejo que permite entrever características de la personalidad de cualquier individuo. Inclusive, puede representar creencias arquetípicas derivadas de un Inconsciente colectivo, el cual, sin darnos cuenta, le damos vida con cada palabra que creemos, pensamos, sentimos y actuamos.
Basta con reflexionar acerca de la manera en que los defeños hablamos para comprender mejor cuáles son los patrones sociales que, inconscientemente, permitimos que nos guíen en el día a día. ¿De qué manera los defeños podemos expresar nuestra insoportable necesidad de coexistir con la realidad cínica? La respuesta, burda y compleja, se encuentra en el cinismo que anestesia cualquier dolor, frustración, desasosiego o simple flojera.
Son palabras, frases y expresiones que sólo las personas que viven la misma necesidad de cinismo son capaces de entender y hasta usarlas en su propio beneficio. Aquí los ejemplos de frases que sólo los defeños podrían comprender:
El defeño no tiene flojera, sino una hueva que no puede con ella.
El defeño no trabaja, chambea.
El defeño no se emborracha, se pone pedo o se pone hasta la madre.
El defeño no tiene prisa, se va en chinga o va hecho la madre.
El defeño no se enoja, se encabrona.
El defeño no estuvo a punto de reprobar, pasa de panzazo.
El defeño no está seguro de algo, le cae de madres que es cierto.
El defeño no vomita, guacarea.
El defeño no tiene una vida sexual insatisfactoria, es un malcogido.
El defeño no es un fácil o facilote, es un nalgasprontas.
El defeño no viaja ni visita muchos lugares, es un pata de perro.
El defeño no es un oficinista cualquiera, es un Godínez.
El defeño no entra en cavilaciones, piensa en la inmortalidad del cangrejo.
El defeño no está sin hacer nada, está picándose los ojos o, de plano se come los mocos.
El defeño no tiene hematomas en el cuello causados por la succión con los labios, tiene un chupetón.
El defeño no bebe cerveza, sino una chela.
El defeño no considera que algo esté pésimo, malo, insuficiente o de baja calidad, sino pitero.
El defeño no come quesadillas, sino quecas.
El defeño no adula o elogia a una persona por medio de palabras, se la sabrosea.
El defeño no cuenta con un amante, sino con un Sancho.
El defeño no va al excusado o al inodoro, sino al trono.
El defeño no lucha contra las personas que cuidan y lavan automóviles en la calle, sino con los vieneviene.
El defeño no se muere, chupa Faros.
El defeño no hace un drama, te arma un Pancho.
El defeño no es desaliñado, sino un fodongo.
El defeño no tiene relaciones sexuales por la mañana, se echa un mañanero.
El defeño no te da un golpe, te suelta un putazo.
El defeño no te roba una oportunidad, te come el mandado.
El defeño no se confunde, se hace bolas.
El defeño no planea, le mide el agua a los camotes.
Al defeño no lo engañan, le pedalean la bicicleta.
El defeño no inventa historias, te chorea.
El defeño no se burla de ti, te agarra de bajada.
Al defeño no le dan donde le duele, le dan en la madre.
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