Libro de las Chambeadoras: un arte popular 100% mexicano

El libro de las chambeadoras es una de las historietas más leídas en México.

 

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Las historias y personajes de los comics que se abundaban en los puestos de periódicos hasta antes de los años 90 en México, fueron muy cotizados por una sola razón: hablan de la realidad y la identidad mexicana en particular y latinoamericana en general.

Los héroes se enfrentaron a desafíos como la crisis económica, la división de clases, el racismo y la represión estatal. Su manera de hacerlo, a menudo divertida, a menudo insospechada, era otra de sus peculiaridades.

 

 

Como ya no es posible encontrar en un puesto de periódicos ejemplares recientes de La Familia Burrón, Kaliman, El Pepin, Chamaco, Hermelinda Linda, El Libro Vaquero, lo que nos queda es más bien la nostalgia. Y si hay un libro que refleja la cultura popular picaresca, erotizada y alburera del mexicano (del siglo XX, baste decir) es el libro de Las chambeadoras.

Este género se identifica con un contexto hiper sexualizado, a veces violento, a veces desagradable pero sin duda “popular”. Como sea, fue una de las lecturas y productos culturales más recibidos, y consumidos del país.

 

 

Hoy en día, estas historias son referentes de la literatura popular, y de la historia arte secuencial de nuestro país. El Así soy y qué era publicada por editorial EJEA desde mediados de los 80 hasta finales de los 90, competencia de la serie Sensacional:

Sensacional de barrios, Sensacional de traileros y Sensacional de policías. Estas publicaciones fueron un gran éxito comercial, y la serie se amplió a Sensacional chafiretes, Sensacional de terror, Sensacional de futbol, Sensacional de mercados y vaya a saber a cuánta más sensación.

 

 

Estas historietas se llegaron a imprimir y vender hasta un millón de ejemplares semanales. Por ahí pasaron ilustradores como Rafael Gallur, Jorge Aviña, J.J. Sotelo, Víctor Correa, Elena Rodríguez y Alicia Ibáñez, así es, mujeres también.

 Es cierto que muchos personajes tenían un todo lujurioso y machista, las mujeres son objetos sexuales y fetichizados, pero sin duda sin ese componente no se hubieran vendido ni veinte ejemplares.

 

 

Asimismo, fueron historias sexuales, un poco transgresoras y de un alto contenido de doble sentido. En ello se iba mucho ejercicio creativo, barrial, y con una grafica única y llena de matices interesantes que no es posible encontrar en el comic de EU, ni incluso en el hentai japonés; de hecho el sensacional y las chambeadores son más eróticas que pornográficas.

 

 

Las Chambeadoras fueron un tiraje de historieta mexicana que reflejó escenarios cotidianos con leyendas de doble sentido, mujeres de grandes bustos y caderas, y hombres idealizados con poderes sexuales y activos.

Hoy en día es un género literario prácticamente en decadencia, que se sostiene por algunos pocos nostálgicos que creen que el producto mexicano alguna vez tendrá un gran valor económico. Nadie lo sabe.

 

 

Lo que sabemos es que se trató de un arte popular, además, realizado por increíbles artistas y escritores dedicados a los cómics, erotismo, picardia mexicana, pero también conocedores de arte, historia e ilustración mexicana.

De hecho, Bazaldúa se ha convertido en todo un referente y ahora de Las chamabeadoras, están disponibles en nueva edición en inglés y bautizada como Bazaldúa’s Girls: Sensational Art, que surge debido al creciente número de admiradores del talentoso artista mexicano ha conseguido en años recientes gracias a su paso por editoriales como Humanoids, SpaceGoat, DC Comics y Marvel Comics.

 

 

Bazaldúa, quien fuera un artífice del libro de Las chambeadoras por años, ahora es ilustrador de Evil Dead: Dead by Dawn, Suicide Squad Most Wanted: El Diablo & Boomerang, Sinestro, Rogue One: A Star Wars Story, Mr. and Mrs. X, Loki, X-Force y Spider-Man, esta última escrita por el reconocido guionista Brian Michael Bendis.

Son tan solo unos cuantos de los muchos trabajos que el “rey de los sensacionales” ha ilustrado dejando en alto el nombre de México y rompiendo estigmas sobre el dibujo erótico.

 

 

Las Chambeadoras en su momento álgido fueron llamadas revistas “de a peso”, tanto por el valor comercial en el mercado, por el valor cultural que se le dio; además de que son y seguirán siendo del tipo “corrientes”; a pesar que el arte interior siempre haya estado creado con un alto nivel de calidad.

Siguen siendo historias que provocan algo de “culpa” entre os lectores, ya que a mucha gente le daba pena sacarlo en el metro, siendo comprado y guardado en el bolsillo, debido a su increíble tamaño ergonómico, sin  mencionar que es y sigue siendo una literatura consumido por hombres en su mayoría.

 

 

Hoy en día, Bazaldua ha pasado por las grandes editoriales del cómic mundial, después del arduo trabajo que hizo construyendo Las Chambeadoras.

Este género se identifica con un contexto hiper sexualizado, a veces violento, a veces desagradable pero sin duda “popular”. Como sea, fue una de las lecturas y productos culturales más recibidos, y consumidos del país.