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Las designaciones pueden ser complicadas pero siempre suman en la discusión histórica.
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El águila que devora una serpiente, posada sobre un nopal en el islote de un lago, fue la escena del mito fundacional de México en 1325 que se convirtió cinco siglos después, tras la independencia del país, en símbolo nacional: está estampada en el centro de la bandera, en las monedas y en documentos oficiales, incluido el pasaporte.
Es la representación de una alegoría prehispánica relatada a los mexicanos durante generaciones: la de un pueblo que realizó un peregrinaje de muchos años, encontró aquella águila en un islote y ahí estableció su nuevo imperio.
Pero existen controversias para reconocer si el pueblo era el de los aztecas o el de los mexicas. Pese a que suelen usarse como sinónimos, los aztecas y los mexicas no eran el mismo pueblo: los primeros eran los habitantes de la mítica Aztlán; los segundos, un grupo que se separó de ellos.
Azteca y mexica se utilizan indiscriminadamente para designar a la población que vivió en el Tenochtitlan antes de la llegada de los españoles. Y está bien, aunque para muchos conocedores de la historia antigua de México, el término debe matizarse. ¿Por qué? Bueno, aquí te los explicamos.
¿Quiénes son los aztecas?
“Azteca” se usa para referirse a los fundadores de la Triple Alianza de Tenochtitlán y el imperio que gobernó el México antiguo desde 1428 hasta 1521 dC, pero aun así, parece ser que esta designación no es del todo correcta.
¿Por qué? Es que ninguno de los registros históricos de los participantes en la conquista española se refiere a los “aztecas”; además, no está en los escritos de los conquistadores, ni se puede encontrar en los escritos de fray Bernardino Sahagún . Estos primeros españoles llamaron a sus súbditos conquistados “mexicas” porque así se llamaban a sí mismos.
“Azteca” tiene algunos fundamentos históricos, sin embargo, la palabra o versiones de la misma se pueden encontrar de uso ocasional en un puñado de documentos del siglo XVI.
Según su mitología, las personas que fundaron la ciudad capital del Imperio Azteca de Tenochtitlan originalmente se llamaron a sí mismos Aztlaneca o Azteca, la gente de su legendario hogar Aztlán.
Cuando el imperio tolteca se derrumbó, los aztecas abandonaron Aztlán, y durante sus vagabundeos llegaron a Teo Culhuacan. Allí conocieron a otras ocho tribus errantes y adquirieron a su dios Huitzilopochtli, también conocido como Mexi.
Huitzilopochtli le dijo a los aztecas que debían cambiar su nombre a mexica, y como eran su pueblo elegido, debían dejar Teo Culhuacan para continuar su viaje a su ubicación legítima en el centro de México.
¿Cuál es el uso de la designación de mexicas?
El uso de la palabra mexica también es problemático, ya que existen varios grupos étnicos que podrían ser designados como mexicas. Los habitantes de Tenochtitlán se llamaban a sí mismos Tenochca; los de Tlatelolco se llamaban Tlatelolca. Pero, colectivamente, estas dos fuerzas principales en la Cuenca de México se llamaron a sí mismos los mexicas.
Es por eso, que están las tribus fundadoras fueron mexicas, incluidos los aztecas, así como los tlascaltecas, xochimilcas, heuxotzincas, tlahuicas, chalcas y tapanecas; todos los que vivian en o por el valle de México, después de que el imperio tolteca se derrumbó.
Así pues, Aztecas es el término apropiado para la gente que dejó Aztlán; Mexicas para el mismo pueblo que combina los otros grupos étnicos. Es por eso que por mexicas se puede encontrar a los descendientes de todos estos grupos que habitaban estas ciudades y que, desde 1428m fueron los líderes del imperio que gobernó el México antiguo hasta la llegada de los europeos.
Esta es la razón, por la que “Aztecas” sigue siendo un nombre ambiguo, genérico, que realmente no define históricamente ni a un grupo de personas, ni a una cultura ni a un idioma.
Pero, mexica tampoco es preciso, ya así se llamaban a sí mismos los habitantes de las ciudades hermanas de Tenochtitlan y Tlatelolco en los siglos XIV y XVI. Realmente no podemos dejar de lado la terminología, pero es que simplemente es demasiado compleja, arraigada en el idioma y la historia de México.
Lo complicado de esto sería que dejáramos de preguntar, cuestionar y criticar las posturas.