Foto destacada: Agencia Enfoque para El Universal Puebla
Estos dichos populares son un reflejo de nuestro gran amor por la comida.
¿Por qué nos gusta lo que nos gusta? Quizá sean herencias familiares, influencias culturales, razones emocionales, presiones sociales, conveniencia, costo y quizá la necesidad la que moldea nuestro gusto. Sea como sea, todos tenemos dicho sobre la comida que se han llevado a la vida cotidiana.
Las frases como “más vale el diablo por viejo que por sabio” son un cúmulo de información cultural y reflejan la visión popular y hasta modus vivendi, además de recordar, incluso, episodios históricos y sucesos que determinar la evolución de la frase. Aquí te dejamos algunas frases que seguramente escuchaste y “A darle, que es mole de olla”.
Aquí nomás mis chicharrones truenan
La mejor frase para marcar nuestro territorio y dejar claro quién manda. Muy usado por los padres como recordatorio que… ¡No te mandas solo jovencito!
El que siembra su maíz, que se coma su pinole
Nada mejor que cosechar los frutos de tu trabajo fecundo y creador y hacer con él lo que se te de tu regalada gana.
En la forma de agarrar el taco, se conoce al que es tragón
Es uno de esos dichos mexicanos que se explica solo, ¿no lo crees así?
Estas son lentejas. Si las quieres las tomas y, si no, las dejas
Fácil, las opciones para escoger no son muchas ni variadas. En realidad solo es una. A la oportunidad la pintan calva.
De chile, mole y pozole
De esto (y de mucho más) pueden ser los tamales. La variación mexicanísima del “de todo como en botica”.
Comerse la torta antes del recreo
Utilizado por las abuelas para explicarnos, cuando éramos niños, por qué él bebe de la prima llegó antes de la boda. ¡Ups!
“¡No son enchiladas!” (No está fácil)
“En todos lados se cuecen habas”. (En todos lados hay dificultades)
Tú tampoco vendes piñas… (tú también lo haces)
“¡Se te están haciendo de chivo los tamales!” (Te están poniendo los cuernos)
“Vas a estar pariendo chayotes” (Va a ser muy difícil)
“Eres el arroz –o el ajonjolí- de todos los moles.” (Estas en todos lados”
“Le echas mucha crema a tus tacos”. (Eres muy exagerado)
“De chile, mole y de pozole –manteca-.”. (Que hay de todo)
“Te están dando atole con el dedo”. (te están engañando)
“De lengua me como un taco o mucho ruido y pocas nueces”. (Eres hablador)
“Ya se hizo la machaca… este arroz ya se coció…” (ya esté hecho).
“Salió más caro el caldo que las albóndigas.” (Se invirtió más esfuerzo en lo sencillo que en lo complejo, creo).
“El que tiene más saliva, traga más pinole”, “No se puede chiflar y comer pinole al mismo tiempo”. (El hablador cae muy pronto)
“Medirle el agua a los camotes” (medir las consecuencias de los actos.)
“Me agarraron tragando camote”
(jajajajajajajaja o sea que me agarraron desprevenido)
“De lengua me como un taco”. (No creo en tus mentiras.)
“Darse taco de ojo, (recrear la pupila)
“Aquí mis chicharrones truenan” (yo mando)
Echarse un taco de ojo
Cuando va uno así, tranquilamente por la calle, y de repente se aparece un espécimen (masculino o femenino, según sea su caso) de esos que parecen hechos a mano. ¡Cosa bonita, cosa bien hecha!
Como dice Juan Orozco, cuando como no conozco
Seguro que conoces a alguien que, cuando come, ni habla ni quita la vista de su plato y menos te invita un bocadito. Si ya no alcanzaste… ¡Ese es tu problema!
Y tú nieve, ¿de qué la quieres?
Cuando la gente se quiere pasar de lista o abusar de nuestra buena voluntad, le hacemos esta pregunta en un tono muy sarcástico. ¡¡¡Pos estos!!!
Las penas con pan son buenas
Después de un buen susto, o mientras lloramos a moco tendido, nada como un bolillo calientito o una pieza de pan de dulce… ¡con cafecito por favor! Receta infalible de las mamás mexicanas para curar la tristeza, el susto y el mal de amores.
Del plato a la boca se cae la sopa
Todo puede cambiar cuando menos te lo esperas. ¡No sea descreído chamaco!
Tú no vendes piñas
Si de querer hacer sentir mal se trata, este dicho no hace sino recalcarle al otro que él también tiene defectos, peores y mayores que los nuestros.
Ese huevo quiere sal
Regularmente usamos este dicho cuando queremos asegurarle a una persona que está a punto de lograr algo y que no deje de empeñarse en ello. Las mamás lo usan cuando saben que alguien está a punto de declararle su amor a otro.
Ahora es cuando chile verde le has de dar sabor al caldo
Cuando estamos seguros de que todo nos saldrá genial, nos lo gritamos a todo pulmón (o aunque sea lo hacemos en nuestra mente para no importunar). También se usa si le queremos dar ánimo a alguien más.
El que nace para tamal del cielo le caen las hojas
Se utiliza para referirse a alguien que aunque tú te empeñes en ayudar o que tiene las mejores oportunidades frente a él, se queda instalado cómodamente en el mismo lugar.