Foto destacada: Marcø Saénz y Michael Di Clemente
La estatua de Cristóbal Colón será reemplazado por una escultura de Tlali, un homenaje a la mujer indígena.
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La glorieta de Colón dejará atrás ese nombre y también dirá adiós a la estatua del explorador Cristóbal Colón. Este acto, tiene como objetivo, además de un gasto que bien puede ser invertido en educación y cultura en las zonas más pobres del país, es hacer una declaratoria decolonizadora de la fundación de España en México.
Más allá de nuestra opinión, Colón será reemplazado por una mujer indígena, a pocos días de que se celebren los 200 años de la consumación de la Independencia del dominio español.
“El conjunto escultórico será trasladado a un lugar seguro, digno y adecuado”, informó en un comunicado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). En su lugar, será colocada “una escultura de la mujer olmeca” elaborada por el artista mexicano Pedro Reyes, informó la alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, durante un acto público el domingo que coincidió con la celebración del Día Internacional de la Mujer Indígena.
“Son precisamente las mujeres indígenas las que quizás han tenido la mayor carga en la historia de México y a las que menos reconocimiento se les ha dado”, afirmó la alcaldesa.
La decisión también representa un acto de “justicia social”, añadió Sheinbaum, así como un reconocimiento a los 500 años de “la resistencia indígena” desde la conquista.
La estatua de Colón, a quien se le atribuye el descubrimiento de América con el patrocinio de la Corona española, fue colocada en una glorieta de la céntrica avenida Paseo de la Reforma en 1877, muy cerca de las ruinas del Templo Mayor, el corazón de la civilización azteca.
Las autoridades la retiraron en octubre de 2020 para ser “atendida por personal especializado en materias de conservación y restauración”, pero en lugar de volverla a colocar en ese sitio, será enviada a otra zona de la capital para evitar “riesgos para esta pieza de importante valor artístico e histórico”, apuntó el INAH.
La estatua de Colón, así como el monumento Ángel de la Independencia, también han sido blanco de pintadas de protestas hechas por feministas durante sus marchas, y de otros manifestantes.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que su gobierno reivindica las causas indígenas y ha pedido al gobierno de España y al Vaticano que ofrezcan una disculpa histórica por los abusos ocurridos durante la conquista y evangelización de su territorio.
Se dice que la estatua de Cristóbal Colón será desplazada al Parque América, en la alcaldía Miguel Hidalgo. En su lugar, van a colocar un monumento que rinda homenaje y reconocimiento a las mujeres de los pueblos originarios, ya que los indígenas exigen un ajuste de cuentas con la historia colonial en toda América
Tlali de Pedro Reyes
“Tlali”, el nombre de la escultura femenina que ocupará Reforma, se produce en el taller el escultor mexicano Pedro Reyes. Tlali significa “tierra” en náhuatl y el artista explica que la tierra es una imagen femenina, pues, según Reyes, todos venimos y volvemos a ella.
“La tierra no es solo nuestro pasado, en el siglo XXI nuestra supervivencia depende del cuidado que tengamos de ella. Si alguien puede enseñar cómo se cuida este planeta son los pueblos originarios, es lo que debemos volver a ver”. La escultura de Tali medirá 6,5 metros de altura.
La decisión, también se llevó a cabo ya que en varias ocasiones esta estatua ha sido dañada y se desea dar un golpe simbólico a las críticas que desde hace más de tres décadas se le hacen al gobierno, para reivindicar los símbolos nacionales contemporáneos.
De hecho, desde hace muchos años, un batallón de policías siempre evitaba que los manifestantes pintaran y destruyeran la escultura. La escultura es de corte neoclásico y en la base, el escultor talló escenas del desembarco del almirante evangelizador de América, que además de estar sostenido por los cuatro clérigos, levanta su brazo y mira al cielo, en claro homenaje al catolicismo. Ahora, México ha dado un paso adelante para acabar con los homenajes públicos ¿o no?