Foto destacada: Villa Marcela
Oxtankah fue una ciudad próspera y no se sabe por qué terminó siendo abandonada.
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Chetumal es conocida como la puerta de entrada a la costa maya, desde sus playas comienza un recorrido por mar y tierra por las más bellas playas del caribe y sitios arqueológicos de fama internacional, pero es justo dentro de su territorio que lo interesante comienza pues ahí se encuentra la más antigua y grande de las ciudades mayas, Oxtankah, un sitio arqueológico para explorar y escalar.
La importancia de la zona arqueológica de Oxtankah recae, además de su antigüedad, en una interesante hipótesis, se cree que esta es la cuna del mestizaje. Se dice que en esta ciudad maya nacieron los hijos de Zazil – Ha, princesa maya hija de Nachan Ka´an, gobernante de Chactemal, y Gonzalo Guerrero, un náufrago español. Fue entonces que en 1531 que nacieron los primeros mexicanos mestizos.
El origen de Oxtankah
En el año 600 a.C. se asentaron en Oxtankah los primeros mayas, fecha en que iniciaría un largo periodo de desarrollo cultural y poblacional que tuvo tres momentos álgidos, del año 300 al 50 a.C., del 250 al 600 d.C. y del 600 al 900 d.C., de los tres momentos fue durante el llamado Clásico temprano que la ciudad tuvo su mayor periodo de prosperidad.
El gran poder de Oxtankah le permitió ampliar sus primeros edificios duplicando su tamaño, la ciudad entera creció tanto que extendió su territorio hasta la isla Tamalcab y creó un extenso circuito de canales seminaturales que conectaban a la próspera con lejanas poblaciones con las que tuvieron intercambio comercial y cierto dominio.
Aunque esta ciudad fue bastante próspera, a la llegada de los españoles al nuevo mundo ya tenía 400 años deshabitada. El nombre de Oxtankah le fue designado hasta 1937 por el investigador Alberto Escalona Ramos; años después investigaciones antropológicas pusieron en la mesa la sospecha de que esta fuera la gran ciudad de Chactemal.
Zona Arqueológica Oxtankah
La invaluable zona arqueológica de Oxtankah está conformada por varios edificios, unos más enteros que otros, donde originalmente los mayas realizaban ceremonias, rituales y tributos por tratarse de una ciudad principal de la cual hoy sólo quedan dos plazas a las que se puede acceder paseando entre la selva.
Para visitar la zona arqueológica de Oxtankah se recomienda utilizar repelente de mosquitos, calzado adecuado para caminar y escalar piedras, ropa cómoda y llevar agua pues se encuentra rodeada de mucha vegetación; además la dota de un ambiente mágico a las edificaciones levantas entre los siglos IV y VI y modificadas por los propios mayas entre los siglos XI al XVI d.C.
La arquitectura maya del lugar es de estilo Petén, es decir, se encuentran estructuras superpuestas con muros en talud, con esquinas redondeadas y remetidas, cuyo elemento esencial es la moldura llamada “en delantal”. Originalmente Oxtankah comprendía diez plazas, dos patios hundidos, más de 30 edificios y un cenote. Años adelante muy cerca del sitio los españoles construyeron una capilla.
Sólo dos plazas son las que sobrevivieron al tiempo y son las que visitaras en el sitio arqueológico. En la Plaza de las Abejas se encuentran los restos de edificios de uso residencial, en el edificio IV de la plaza se observa un laberinto que pudo tener finalidades religiosas. La Plaza de las Columnas es sede de una pirámide que pudo ser de uso de la élite maya.
Estas hermosas construcciones de Oxtankah estuvieron decoradas de grandes mascarones de estuco policromado que desaparecieron quedando como únicos testigos los árboles de la selva, muchos de los cuales poseen un aplaca con su nombre en maya y en español, como el guanacaxtle, el ramón, el jobo, y el pixoy.
Museo de sitio de Oxtankah
La zona arqueológica de Oxtankah posee un museo de sitio donde se pueden observar de cerca cerámicas encontradas en el sitio, dibujos y mapas que reconstruyen la grandeza de la ciudad maya que aún resguarda misterios, como el hallado en el año 2000, una cámara mortuoria donde se encontraron los restos de un hombre fallecido hace mil 500 años.
Junto al hombre se encontraron 1620 cuentas circulares nacaradas y 34 pendientes de distintos tonos rosados que fueron hechas con cuatro especies de moluscos, tres marinos y uno de agua dulce, los cuales sólo se encuentran en Belice y en la zona de ríos del Petén guatemalteco, el estudio del hallazgo revela que se trataba de un atavío elaborado especial habilidad y que aún hay mucho por conocer de Oxtankah y la cultura maya.
Zona Arqueológica Oxtankah
¿Dónde? Chetumal, Quintana Roo
¿Cuándo? Lunes a domingo de 8:00 a 17:00 h.
¿Cuánto? $55 pesos