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El descubrimiento de las Grutas Karmidas fue un gran encuentro fortuito.
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Las estalactitas, estalagmitas, pisolitas, aragonitas son básicas en toda gruta. Estas formas caprichosas se pueden ver en las Karmidas de manera espectacular y bien definida. Son tan especiales que han tomado nombres como búho, la cascada, la catarata, el órgano, la coliflor, la bóveda estrellada, el barco, el casco vikingo, los brillantes, el pelícano, el hombre ahorcado, el trono, el cisne, la ciudad perdida, los corales y muchos nombres más…
Visitar estas grutas es uno de los paseos más espectaculares que se pueden realizar en el estado de Puebla, pues este lugar revela la belleza de las entrañas de la tierra, a través de un paisaje que ha sido esculpido al paso de miles de años.
Historia de las Grutas Karmidas
Las Grutas Karmidas fueron descubiertas Señor Miguel Manzano Lobato, por accidente. Manzano es el propietario de una fábrica de aguardiente que necesitaba y buscaba agua para mantener la producción especialmente en la época seca. Pero al quedarse sin agua, salió a buscarla siguiendo el cauce del arroyo y encontró el túnel de donde salía agua del interior del monte.
Era un pasaje estrecho que amplió poco a poco hasta encontrar un cascada de 7 metros de altura que logró subir para seguir avanzando. Finalmente el 19 de marzo de 1919 descubrió la bóveda principal.
Para abrir una entrada a la gruta, el Sr. Manzano trató de unir dos cuevas pero en su intento quedó atrapado durante 3 días, hasta que fue rescatado por sus trabajadores. En 1923 se abrió la entrada turística y Manzano Lobato bautizó a este lugar con el nombre de Karmidas debido a un personaje creado por Victor Rydberg, en su novela El último ateniense.
Hoy en día, para acceder a las grutas es recomendable acudir con un guía, quien es el encargado del recorrido por los cinco salones: el Salón de los Diamantes, el Salón Blanco, el Salón de los Recuerdos, el Salón del Silencio y la Laguna Encantada, en la cual una serie de formaciones calcáreas forman lo que parece una ciudad submarina.
En la galería principal destaca la enorme estalagmita llamada Columna de la Independencia. Otras estalagmitas reciben nombres como el Cerebro o la Mujer Acostada Otro gran atractivo es el efecto espejo de la Laguna Encantada, en la que las formaciones calcáreas parecen una ciudad submarina.
El acceso a las grutas se realiza a través de un túnel donde circula un arroyo; mide aproximadamente 1.5 metros de ancho por 2 de alto. Después de recorrer 30 metros se llega a un salón que se bifurca en otros más pequeños. En época seca, las sales minerales adheridas al techo y las paredes de las grutas lanzan destellos que parecen estrellas en el cielo.
E trata de un espectáculo natural asombroso y surreal. Además, hay que entrar con lámpara en mano y agachados, mientras el agua helada llega hasta las rodillas. Paso a paso, el sendero se amplía hasta el grado de permitir una caminata normal.
Miles de años de filtraciones de agua dieron vida a este paisaje volcánico que hoy en día se compone de cuatro salones y un hermoso ojo de agua. Las expediciones no son aptas para claustrofóbicos, pero las Grutas Karmidas ofrecen otras actividades como rápel y tirolesa. También existe la posibilidad de acampar a los alrededores, comer en su tradicional restaurante o dirigirte a Zapotitlán de Méndez y disfrutar de este pequeño municipio.
Grutas Karmidas
Dónde: Zapotitlán, Puebla, a 179 kilómetros de la capital del estado.
Cuando: lunes a domingo de 08:00 a 20:00
Cuánto: $50
