¿Qué les espera a los mexicanos que viven en Ucrania?

Foto destacada: Reuters /Valentyn Ogirenko

Este conflicto bélico ha dejado en la incertidumbre a muchos mexicanos que viven en Ucrania.

 

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Debido a una explosión de bombas rusas, en un edificio contiguo de la Embajada de México en Ucrania, se ha informado que el Gobierno de México realizará un vuelo especial de la Fuerza Aérea Mexicana a Rumania para transportar a las familias mexicanas que se están evacuando de Ucrania y desean ser repatriadas.

La embajadora de México en Ucrania, Olga García, precisó que hay 225 mexicanos en territorio ucraniano, la mayoría se encuentra en la capital Kiev; pero que ya hay alrededor de 50 personas que tienen interés en ser evacuadas a Rumania.

 

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Uno de los principales problemas para la evacuación de mexicanos, es que en las últimas horas sean reportado tropas rusas a las afueras de Kiev, combates, detonaciones y sirenas, por lo que se les ha pedido refugiarse en estaciones de metro, aunque la tensión es intermitente y han podido regresar a sus hogares.

Otro de los problemas es que la Embajada de México en Ucrania, se encuentra muy cerca oficinas de otros edificios del gobierno que se encuentran en zona de guerra muy cerca del centro de la ciudad.

 

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Asimismo, se complica el acceso a la Embajada ya que se encuentra en el piso 15 de un edificio llamado Carnegie Center, uno de los edificios más altos de Ucrania. Dicho rascacielos tiene más de 160 metros de altura y 47 plantas siendo de uso residencial y comercial.

A pesar de la complejidad de la zona y de la situación, el embajador en Rumania, Guillermo Ordorica, reportó que ya está en Siret, frontera con Ucrania, para esperar y apoyar a los primeros 22 mexicanos que llegarán con apoyo del protocolo de protección organizado en combinación con la embajadora en Ucrania.

 

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A diferencia de otros países occidentales, México decidió mantener su representación diplomática en la capital. Estados Unidos, por ejemplo, cerró su embajada en Kiev a mediados de febrero y ordenó la evacuación de todo el personal con labores no esenciales. La representación de México ha contabilizado poco más de 200 connacionales en territorio ucranio.

Por su parte, Marius Lazurca, el embajador rumano en México, ha afirmado que las puertas de dicho país están abiertas. “El Gobierno rumano está trabajando para recibir a personas de todas las nacionalidades que huyen de esta guerra injusta e inmoral”, ha comentado. Habrá un vuelo especial de la Fuerza Aérea mexicana para facilitar la repatriación a los connacionales que pidan volver al país, ha anunciado la Cancillería.

 

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México elevó el tono y ha condenado explícitamente la invasión de Rusia a Ucrania. “Tenemos muy claro que estamos ante una invasión, ya no hay ninguna duda sobre ello”, ha dicho el canciller Marcelo Ebrard en un mensaje el jueves. La Cancillería ha descartado una ruptura de relaciones con Moscú, pero ha adelantado que mantendrá su posición de rechazo a la ofensiva rusa en la sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en la que participa como miembro no permanente, programada para este viernes.

 

¿Qué hay con la comunidad mexicana de Kiev?

 

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Buena parte de los integrantes de la comunidad mexicana, como muchos ucranianos, están haciendo largas filas en los cajeros automáticos, gasolineras y tiendas de comida tras el ataque de Rusia a la provincia de Donbás y las principales ciudades de Ucrania.

Álex Ricalday, un mexicano de Tamaulipas que lleva dos años viviendo en la capital del país y tiene 36 años, dijo para el periódico El País: “La gente está empezando a entrar en pánico”. Además, las mañanas son frías y lluviosas en Kiev, y Ricalday levanta el teléfono minutos después de tomar la decisión de abandonar territorio ucranio.

 

“Desde hace unos días hemos tratado de dejar Kiev, mi esposa está embarazada de seis meses y queríamos quedarnos lo más que pudiéramos porque es un embarazo de riesgo”, relata. Muchas personas están intentando abandonar la ciudad más grande del país, con casi tres millones de habitantes, cuanto antes.

“No hay boletos de tren, no encontramos vuelos de ninguna aerolínea”, dice Ricalday, que había reservado un coche de alquiler justo hace unos días y espera poder recogerlo en el aeropuerto para poder acercarse por tierra a Lviv, en el oeste del país, y después buscar cruzar la frontera hacia Polonia. “Pensábamos que teníamos más tiempo”, lamenta.

 

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Así que las familias mexicanas y ucranianas, empacan lo indispensable: acta de matrimonio, pasaporte, papeles importantes, dinero en efectivo y computadoras portátiles. Las autoridades de Ucrania acaban de decretar la ley marcial, pero la información fluye a cuentagotas.

Tras el ataque ruso llamó a su familia en Matamoros, les dijo que estaba bien y espera encontrarse con otro amigo mexicano para poder salir juntos. “Hay mucho movimiento, siempre hay tráfico en Kiev, pero hoy es un día diferente”, asegura. Horas después de aquella llamada, Ricalday cuenta que ha podido abandonar la ciudad y que está en camino hacia Lviv.

 

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Ivette Rossano, una chihuahuense de 41 años, regresó de Lviv a Kiev hace menos de 24 horas, justo para escuchar cómo silbaban las bombas sobre la capital. “Nos despertaron los estruendos, no sabíamos qué estaba pasando”, dice Rossano, que vive en el centro de la ciudad junto a su esposo y a su hijastro de nueve años, que no tiene papeles para abandonar el país. Su familia ha decidido quedarse y esperar hasta recibir instrucciones del Gobierno y la Embajada mexicana: “Nos han pedido quedarnos en casa y que estemos tranquilos, que Ucrania está preparada para lo que venga”.

En Kiev se ha dado la instrucción a la población de trasladarse a refugios y bunkers, en donde algunas familias mexicanas se han resguardado; pero en general la gente camina con maletas por la calle, atiborran las tiendas y algunos compatriotas han sido trasladados por la Embajada de México. El Gobierno de México seleccionó Ivano-Frankivsk, a unos 600 kilómetros al oeste de Kiev, como punto estratégico para evacuar a los connacionales hacia Hungría, Eslovaquia, Polonia o Rumanía. Pero todavía hay varios mexicanos que viven en la incertidumbre y ven, lamentablemente, cómo los planes que había hecho se desmoronan.