Foto destacada: Taiwan Panorama
Sólo se tratan de especulaciones, pero si en verdad existe una conexión entre los olmecas y los chinos ¿cambiaría nuestra historia?
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Cuando se trata de responder “¿Cómo llegaron los humanos a América?” solo hay una teoría, más o menos aceptada de que América se pobló por emigrantes asiáticos que atravesaron el estrecho de Bering. Fuera de esa especulación, toda otra teoría ha sido descartada por la corriente principal.
Sin embargo, algunos arqueólogos han especulado sobre otras visitas asiáticas a terreno americano. Tatiana Proskouriakoff y Michael Coe a principios del siglo XX, fueron los primeros que hicieron suposiciones sobre la influencia china en el nuevo mundo, basados en una hipótesis central: ¿Qué evidencia hay de que China tuvo contacto con el Nuevo Mundo?
Dinastía Shang y Ming
Se cree que los chinos pudieron haber hecho contacto alrededor del año 1500 a. C. con la dinastía Shang, y con la dinastía Ming a principios del siglo XV. Y es que la dinastía Shang coincide con el surgimiento de la civilización olmeca pero no se sabe cómo llegaron los chinos al área olmeca, ya que son de la costa del golfo de México y no del Pacífico.
Los investigadores han hecho comparaciones del arte olmeca, las prácticas rituales y la estructura social con los antiguos chinos. El uso del jade, la escritura y una realeza así como las semejanzas con las estatuas de hombres con barbas puntiagudas y ropa de aspecto asiático.
El Dr. John Ruskamp ha identificado más de 80 petroglifos, en el suroeste de Estados Unidos, que se asemejan al antiguo estilo de escritura de hueso de oráculo que se encuentra en China alrededor del año 1500. Y dice, que si la influencia china llegó a México, entonces se extendió hacia el norte…
Asimismo, se cree que el perro chihuahueño, descendiente de, xoloescuincle azteca (sic), tienen ADN vinculado a los antiguos perros de la corte en miniatura de la China imperial… Así que se dice, que los antepasados chinos llevaron en barco a un tipo de perro xoloescuincle. Y algo similar sucede con los pollos asiáticos y la rosa china, presentes en México cuando llegaron los españoles.
Se apela a los mitos y leyendas mexicanas que dicen que vienen “del otro lado del océano” como Kukulcán, Quetzalcóatl o Varicocha de América del Sur, e incluso se apela a los coras de Nayarit que hablan de “barcos grandes como casas que llegaron siglos antes que los europeos”.
Sobre la “evidencia” en Asia que habla del contacto con el Nuevo Mundo… Bueno, pues parece que los chinos que llegaron a América nunca pudieron regresar. Algunos escritores como Betty Meggers de la Institución Smithsonian, argumentó que la civilización olmeca se originó debido a las influencias chinas y Mike Xu, decía que las cabezas Olmecas de La Venta tienen caracteres chinos. Pero nada de estas afirmaciones están respaldadas por los investigadores mesoamericanos.
Se habla de “evidencia” en marcas existentes en la cerámica olmeca, similares a los escritos en hueso del oráculo chino, y el conocimiento compartido de la posición del norte. Pero también se dice que las ambiciones de China por incrementar su potencia mundial, ha originado todas estas teorías para crear un terreno fértil para su expansión política y estratégica.
Lo que es cierto que los aztecas se han caracterizado por ser un símbolo de rojo sangre, de pasión, y la definición misma del poder “primordial”, al menos para la cultura popular. Sobre los aztecas se ha enfatizado la guerra, la muerte, la religión y el sacrificio humano como sucedió con la China de mediados del siglo XX.
Y como la China contemporánea ha desaparecido buena parte de su tradición, abogando por una visión más futurista, lo que ahora desea hacer, es volver a unirse; excavar un pasado glorioso para inspirar a su gente a crear un futuro igualmente fuerte como su pasado. Se cree que esta falta de terreno cultural, ha sido un pretexto para apropiarse del pasado mexicano, al menos en teoría.
Pero como dijimos desde el principio, nada de esto ha sido aceptado por los grandes académicos… al menos hasta ahora.