Este minúsculo local, oculto detrás de de una barricada de puestos ambulantes que venden piratería, alberga una de las taquerías más legendarias de la ciudad: El Califa de León.
Las opciones son mínimas: tacos de bistec, costilla o gaonera. Eso y una variedad típica de refrescos o jugos enlatados que se esconden tras las brillantes puertas de un refrigerador industrial. Todo el chiste está en la calidad de los ingredientes: tortillas recién hechas, carne de primera untada de manteca de cerdo y sal de mar, y dos deliciosas salsas a escoger. Simple y delicioso; no hay más opciones porque no hacen falta.
El pequeño espacio, que en casi 40 años de existencia no se ha extendido ni engendrado sucursales, se jacta de haber sido el lugar predilecto de Luis Donaldo Colosio. Una muestra de esto es la nota de periódico ampliada que cuelga enmarcada de uno de los muros: apenas se menciona a la taquería, es más bien un artículo de opinión de porqué Colosio era el candidato ideal frente a Camacho y Aspe en las elecciones por venir.
No es fácil imaginar toda la clase de personajes que frecuentan este lugar mientras se acerca la madrugada; comprar tacos aquí es un lujo que no cualquiera cree merecer. Desde políticos hasta actores de televisión, pasando por comerciantes y amantes de los buenos tacos, los comensales del Califa pagan cerca de $50 por cada taco, pero se quedan con un antojo que los hará regresar tan pronto como sea posible.
Ribera de San Cosme 56, entre Miguel Schultz y Serapio Rendón, col. San Rafael
abierto de 11 a 02 hrs
5566-7859
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