Fotografía principal: Santiago Arau
Probablemente has estado en alguno de estos lugares o quizás has oído hablar de su estructura, diseño u origen inexplicable que de alguna manera figura como excéntrico o peculiar en una ciudad como la nuestra. Generalmente solemos catalogar como “raro” o “extraño” a aquello que no conocemos, o que desentona en la armonía de un panorama que estamos acostumbrados a mirar. El misterio es quizás lo raro, y mientas siga manteniéndose como tal, será fascinante encontrarnos entre las calles con ellos, específicamente en las calles de CDMX.
En nuestra capital se concentran grandes cantidades de pasajes misteriosos que nos trasladan a otros mundos (desde el momento en que escuchas los relatos fantásticos del taxista o el bolero lo notas): lugares psicodélicos, diseñados específicamente para denotar “aquello que manifiesta la mente” (el significado literal de la palabra psicodelia); espacios surrealistas, que se conjugan entre vagabundos, oficinistas, plantas sagradas, maniquíes, organilleros, brujos, sirenas y aromas fermentados, y otro puñado más de sitios sagrados, o lugares que albergan las cosas más inexplicables, inclasificables y extraordinarias que a pesar de su rareza universal siguen siendo normales para nosotros, sus habitantes.
Todos estos espacios son el efecto de que, paradójicamente, ninguna persona en este mundo es del todo normal, a pesar de creer que se vive una vida normal en un mundo normal.
Minichelista
Es un café dadaísta al norte de la ciudad, específicamente en la Nueva Santa María; una casa transformada en una verdadera obra de arte dada, aquí puedes encontrar esculturas con metales chatarra, sillones creados a base de objetos reciclados (como una tina de baño, por ejemplo), máscaras masae, un ciento de cámaras vintage, murales con realismo mágico y un loro parlante en la recepción del lugar. Su fuerte son los tés, las tisanas y la hookah, aunque también sirven de comer rico. La mejor parte del lugar es sin duda la entrada, que tiene un robot gigante en su fachada y te recibe con mesas, sillas y efigies que simulan obras de Duchamp.
Dirección: Guanábana, 197, col. Nva. Sta. Maria, DF
Salón Barba Azul
Los salones de baile -también llamados cabarets-, son iconos importantes en la historia mexicana, pues son estos lugares junto a las cantinas, quienes mejor narran historias en las noches de CDMX a través del tiempo. Barba Azul es uno de los cabarets más surrealistas y probablemente de los más under de la ciudad, ya que además de encontrarse en un barrio desafiante en las periferias del centro histórico, resulta algo complicado llegar por vez primera. Sin embargo, vale mucho la pena la aventura, ya que este salón de baile ofrece una decoración extremadamente psicodélica; aquí puedes beber y bailar al son de la cumbia, salsa o merengue mientras sus luces en tonos rojizos y azules hacen su labor extraordinario de simular un spot de película.
Dirección: Gutiérrez Nájera 291, esquina con Bolivar, colonia Doctores, México DF.
Mesón del Cid
En medio de nuestro paisaje urbano encontramos un restaurante estilo medieval donde se suelen seguir tradiciones extrañas de la cocina española desde 1972. Por si fuera poco su impresionante diseño adecuado al siglo V, en este lugar se cocina al horno los días Sábado un lechón de tres semanas de nacido, y se corta con el canto de un plato para comprobar si está a punto de cocción. Se acompaña con un delicioso vino tinto y si apeteces también hay bufones para animar la cena.
Dirección: Humboldt 61, col. Centro, DF.
Museo de la Medicina Mexicana (antes el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición)
Uno de los edificios más viejos de la ciudad (y por ende con mucha vibra e historia) acoge fascinantes instrumentos de la medicina desde épocas prehispánicas, enfermedades tratadas en aquellos tiempos, así como un hermoso jardín botánico con hasta 55 especies con propiedades curativas. También alberga una sala de embriología donde se pueden avistar fetos en cilindros de cristal que de alguna manera efímera y paradójica nos transportan a algún rincón futurista en donde se propicia la vida, y una exhibición extraña de varias extensiones del cuerpo, -de cera-, con enfermedades dermatológicas estudiadas por la UNAM desde los años 70.
Dirección: República de Brasil 33, col. Centro, DF.
Metro Camarones
A pesar de que a los habitantes de la capital nos es demasiado común visitar las estaciones del metro para transportarnos día y noche a nuestros destinos, existen estaciones del Sistema de Transporte Colectivo que, más allá de fungir como una habitual parada de trenes, funcionan como laberintos para estimular el pensamiento o mejor aún, como bulevares metafóricos de silencio (a pesar del frecuente fluido de personas) que nos obligan, discretamente, a analizar la vida como individuos; ¿Cuántas veces no te has preguntado, de camino en los andenes del metro, quién eres y hacía dónde vas?
Ya de por sí la línea 7 del metro es el túnel subterráneo más profundo de la ciudad; un pasaje que simula un “hormiguero” de ciencia ficción bajo una ciudad catalogada como una de las 8 más inteligentes de Latinoamérica. La estación de Camarones, propia de esta línea, nos regala una sorprendente vista laberíntica en sus escaleras que estás obligado a cruzar para salir de la terminal.
La casa chueca de Villa Coapa
Una de las construcciones más extrañas de la ciudad de México. Nadie sabe con precisión su origen y sería bastante arriesgado hacer mención de leyendas sobre los personajes que vivieron aquí sin tener certeza. La casa en sí no está chueca, es sólo un efecto visual de su inexplicable arquitectura.
Dirección: Avenida Prolongación División del Norte y Acoxpa, DF.
Isla de las muñecas
Xochimilco y sus laberintos acuosos aguardan un sin fin de leyendas místicas y un tanto tétricas sobre espíritus ahogados en sus entrañas; todas derivadas de la famosa “Isla de las Muñecas”, antiguo hogar de Don Julian, agricultor y limpiador de los canales, que apareció ahogado una mañana cerca de su islote. Este lugar, además de transpirar horror con las miles de muñecas que se encuentran atadas por doquier (se dice que cada una de ellas representa un espíritu ahogado en aquellos canales), también resulta un lugar de entretenimiento para foráneos y viajeros nativos que alimentan su curiosidad de misterio.
Paranoid Visions
Es la extensión o segunda sede de UTA bar, un sitio verdaderamente bohemio que se ha caracterizado por su peculiar distribución de géneros de música en cada una de sus habitaciones. Ambos lugares poseen un misticismo singular que nos remota a los años 80 en la ciudad de México, una etapa que tal vez nunca se fue de la ciudad. A diferencia de la UTA, Paranoid Visions posee algunas ánimas escultóricas sensacionales que parecieran solo estar observando, esperando a que e alcohol o tal vez la música te embriague para transportarte a alguna dimensión en donde los muertos y demonios bailan desnudos bajo candelabros lúgubres, o dentro de jaulas malditas; cualquier fiesta en este lugar se convierte en una danza ceremonial tétrica.
Dirección: Insurgentes 134, Santa María la Ribera, D.F.
Iglesia de nuestro señor de la humildad
Una de las siete ermitas construidas por Hernán Cortés durante la época de la conquista. Se dice que este santuario es el lugar donde sexoservidoras y ladrones vienen a rezarle a sus santos. La leyenda cuenta también que los amantes de lo ajeno, cuando le piden a Jesucristo –que está retratado o, más bien, esculpido con un rictus de apacibilidad y dulzura, en una actitud de serenidad y humildad rayana en la abnegación–, deben dejar de robar en un lapso de 24 horas para que liberar sus pecados y liberarse también de la “justicia”.
Dirección: Manzanares 32, col. Centro, DF.
Arctic Bar
Un antro como cualquiera en la Condesa. Salvo que en su refrigerador aguarda una cámara hecha totalmente de hielo; sillas, mesas, muros, y hasta la barra están formados con bloques de hielo. Es el primer ice bar en Latinoamérica y uno de los conceptos más estrafalarios de la ciudad, pues contrario a nuestro clima tropical, se encuentra a -10 ºC, y contrario a este tipos de bares en otros sitios del mundo, se sirve tequila en vez de vodka.
Dirección: Av. Nuevo León 73, col. Condesa, D.F.
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