Quizá se necesita la presencia de un estímulo extranjero para tomar consciencia de la riqueza y diversidad de la cultura de uno. Basta con recordar aquellas ocasiones en las que quisimos que un foráneo se atragantara con experiencias meramente mexicanas, demostrándole que nuestra cultura es una piedra preciosa realmente chingona.
De modo que, para poder presumir esta cultura tan única, también es indispensable conocerla hasta la raíz. Conocer desde su lado snob hasta el más popular, aquel donde se acostumbra en las misceláneas de los pueblos servir bebidas alcohólicas en la parte trasera del lugar. Sin embargo, ¿en qué parte de la ciudad de México se puede experimentar este lado más tradicional del país?
Escuchando al fondo música popular, La Clandestina ofrece esta otra visión que los citadinos podemos llegar a ignorar. Podríamos decir que el concepto general es brindar, en bancas de todo tipos, lámparas con efecto de falla eléctricas y paredes con artesanías y pinturas de diseñadores mexicanos, una variedad mexicana en su totalidad: al rededor de 40 mezcales –de entre 31 y 54.7 grados de alcohol– y cervezas. Para botanear, la casa sirve pepitas saladas y las típicas naranjas con chile piquín.
En general el ambiente es relajado, con un servicio bastante atento, conversador y efectivo. Además, los precios son accesibles, por lo que puede ser una opción viable para (pre)copear el fin de semana.
Dirección: Álvaro Obregón 298 (esq. con Sonora), Col. Condesa
Tel. 5525 1100
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