En el curioso libro “Los Pequeños Secretos del Centro Histórico” de Elena Jiménez, editado por Conaculta, se narra un inusual capítulo. Este episodio ha sido retomado por diarios de la ciudad, sin embargo, quizá esta es la documentación más formal, por tratarse de un texto especializado en extraños momentos e historias urbanas.
Como sabrás, el terremoto del 19 de septiembre de 1985 fue letal para los habitantes de la CDMX; ese día a las 7:17:47 de la mañana el movimiento telúrico más fatal que ha vivido la ciudad sucedió durante dos largos minutos. El resultado fue el colapso de hasta 371 edificios modernos, más de 30 mil damnificados, daño de mediano a grave en el 80% de las construcciones, y una cifra, la del gobierno, de hasta 7 mil muertos (aunque registros posteriores hablan de 40 mil).
Los sobrevivientes más loables fueron los bebés milagrosos que vivieron por días o hasta semanas en los escombros; y entre estos milagros de ese lamentable día, un episodio es por demás memorable.
Jiménez nos narra el ya famoso caso de Porfirio Callejas. Ese día, este hombre había subido a las 7 de la mañana hasta la antena de la Torre Latinoamericana para pintarla, minutos después resistió, gracias a que estaba sujetado a la antena, el peor terremoto de la ciudad.
Este edificio construido en 1949 se hizo con tecnología de punta de su tiempo para soportar los terremotos; tiene 3 pisos de sótano que, a la vez, fungen como los cimientos de sus 44 pisos: el edificio flota prácticamente por un sistema de inyección de agua que equilibra sus movimientos cuando la la tierra simultáneamente se mueve.
Por ello, Callejas pudo vivir una de las mayores catástrofes desde otro ángulo y quizá bajo un tipo de movimiento que nadie más sintiera… Uno de sus compañeros de mantenimiento en la torre, Victor Hugo Ariceaga, narra para El Universal cómo Callejas vio una enorme nube de polvo levantándose del suelo de la ciudad.
Lo chusco, si es que en un contexto como este puede serlo, es que Callejas terminó ese día cabalmente su tarea de inspeccionar los 44 pisos del edificio.
Twitter de la autora: @anapauladelatd
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