Hasta hoy, la albañilería no se consideraba una profesión sino un oficio; técnicas y/o artes aplicadas cuyo topónimo no representa la complejidad, esfuerzo y creatividad de la materia como si fuese cualquier otra de rango profesional –como la arquitectura–, y sin embargo lo es, ya que la albañilería, a pesar de edificar las ideas de arquitectos o ingenieros, sigue manteniendo las suyas en la ardua tarea de realizar la obra.
Gracias a la Universidad Nacional Autónoma de México –en conjunto con la cementera Holcim México –, los albañiles ya pueden ser certificados como profesionales, por medio de la recién Escuela Mexicana de la Construcción (EMC). Este 2016 la EMC ha arrojado orgullosamente a la primera linea de albañiles egresados, habiendo cumplido 15 meses de estudios y 19 cursos, un total de 487 albañiles provenientes de regiones como la Ciudad de México, Hidalgo, Michoacán, Puebla, Veracruz y el Estado de México.
La EMC es la primera escuela en México de este rubro, una iniciativa de Holcim México –por cierto la primer empresa cementera en el país que desarrolla una escuela de esta especie– que tiene el objetivo principal de brindar certificación a los “maestros” de obra para de esta manera asegurar mejores empleos. Cabe destacar que los cursos impartidos por la EMC son gratuitos (la herramienta y los materiales necesarios los da la UNAM y Holcim), además de que la escuela va hasta el área laboral de los estudiantes, permitiendo así que puedan estudiar al mismo tiempo que desarrollan sus actividades normales.
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