Sobre el significado de la ofrenda de este año en el Museo Anahuacalli.
No cabe duda que el Museo Anahuacalli es uno de los recintos capitalinos que más se esfuerza en montar una tradicional y alegórica ofrenda de muertos. Año con año, este museo se da a la tarea de deliberar en un colorido y detallado altar los elementos más emblemáticos de esta costumbre, y fusionarlos con la vida y obra de Diego Rivera.
Este 2016, y con motivo del aniversario número 130 del nacimiento del afamado artista, el museo decidió dedicarle una ofrenda muy especial, recordando aspectos que fueron simbólicos para el artista durante sus últimos años.
Para lograr esto, se invitó al maestro tapetero Enrique Luna Ocaña, del pueblo de La Candelaria, para elaborar dos coloridos caminos. En el primero se simboliza a Diego, a quien le gustaba autonombrarse “sapo-rana”. Se aprecia una celosía de madera, que corrió a cargo del Estudio CajaLab y que simula el papel picado. El tapete se decora con ranas y se enmarca con aserrín para aludir a los prominentes ojos de Rivera. En el segundo camino se representa al dios Tlátoc, y se incluye la figura tridimensional de Xólotl, el perro que acompaña a las almas de los finados hasta su viaje al Mictlán.
El altar principal constituye una estructura de estilo prehispánico, donde se colocaron tres retrataos de Rivera, donde muestran su rostro en expresiones divertidas e inusuales.
Enmarcando todo el conjunto aparecen dos serpientes emplumadas que recrean a Quetzalcóatl, y subrayan el concepto de dualidad tan presente en la cultura precolombina y en las obras de Diego Rivera.
Las serpientes fueron armadas con piezas independientes de madera colorida, y dan un efecto tridimensional, en referencia al interés que Diego mostró en sus últimos años de vida por integrar la pintura con la escultura. Ejemplos de esto son los murales que el artista realizó en la que fuera casa de Dolores Olmedo en Acapulco, o en el Cárcamo de Dolores en Chapultepec.
De igual forma, se han incluido en el altar escenas de amigos y colegas que celebran a Diego. Entre los invitados a la fiesta están Juan O’Gorman, Frida Kahlo, Concha Michel, León Trotsky, Pablo Picasso, Amedeo Modigliani y José Clemente Orozco; todas piezas de cartonería de los maestros de la familia Linares.
La genial ofrenda dedicada al muralista mexicano permanecerá abierta hasta el 30 de diciembre. Y con motivo de la celebración del Día de Muertos, el Museo Anahuacalli ofrecerá diversas actividades como conciertos, venta de arte popular y comida mexicana, danza, talleres, recorridos, etc. Para ver su programación completa ingresa aquí.
Imágenes: Javier Hinojosa.
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