Criollos e indígenas formaron parte de este grupo secreto.
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Es sabido que a principios del siglo XIX, en la Nueva España, surgieron distintos movimientos y redes ocultas que buscaban derrocar a la Corona para obtener un México independiente. Uno de los más sonados de esta época fue el llamado Los Guadalupes, un club secreto que funcionó de 1811 a 1814.
Lo interesante de este grupo fue la diversidad de sus miembros, pues todos pertenecían a diferentes clases sociales y profesiones. En su mayoría eran criollos e indígenas, que se dedicaban al comercio, el arte, las leyes, la medicina, la Iglesia e inclusive el gobierno. Se reunían en casas donde planeaban sus luchas, siempre inspiradas en el liberalismo de la Revolución Francesa.
Por haber sido una agrupación tan secreta, hasta la fecha se desconoce cuántas personas formaron parte de la sociedad. Sin embargo, se puede constatar que personajes como José María Luis Mora, Carlos María de Bustamante, Ignacio López Rayón, Andrés Quintana Roo y Leona Vicario pertenecieron a Los Guadalupes.
Trabajaron directamente con José María Morelos y Mariano Matamoros, y su nombre, naturalmente, fue un homenaje a la Virgen de Guadalupe. Pero también eligieron esta virgen para diferenciarse de sus oponentes, unos españoles que tomaron a la Virgen de los Remedios como estandarte.
Cabe mencionar, que este club se daba a la tarea de reunir donaciones para comprar medicinas, armas, comida y hasta información. Empezaron a colaborar en publicaciones opositoras, donde escribían con la esperanza de atraer a más ciudadanos a la causa.
Apoyaron también a la Suprema Junta Nacional Americana, una institución que pretendía volver al movimiento insurgente una organización política, militar y legal. Para lograr este cometido, Los Guadalupes establecieron redes de información que daban cabida a la comunicación entre los líderes. Su principal y más reconocida faena fue iniciar una correspondencia bilateral con Morelos. Una de las cartas, por ejemplo, le informaba al jefe insurgente que Leona Vicario estaba presa en el Colegio de Belén. Asimismo, los intelectuales Guadalupes coadyuvaban para redactar documentos y decretos, entre ellos la Constitución promulgada en Apatzingán.
En España, en 1812, fue promulgada la Constitución de Cádiz, que permitía a las colonias la elección de diputados y ayuntamientos. Los Guadalupes aprovecharon esto y difundieron a varios de sus miembros como candidatos.
No obstante, cuando Fernando VII regresó a España, abolió las libertades de esta Constitución. Lamentablemente, ese año los insurgentes se enfrentaron a varias derrotas, no solo en el campo, sino también en cuanto a planeación se refiere. Lo cierto es que numerosos Guadalupes fueron detenidos después de la batalla en Valladolid. Pero fue hasta después del fusilamiento de Morelos en 1815 cuando el grupo quedó petrificado y poco a poco fue extinguiéndose.
Resulta interesante enterarse de los diferentes movimientos que hicieron posible la Independencia de México, y que todavía después del famoso grito de 1810 continuaron su lucha hasta la muerte. La valentía de estos hombres y mujeres es ejemplo del nacionalismo y el coraje que acabó con la Nueva España y dio paso a un nuevo México: uno independiente.
