“Mira al universo en vez de a tus pies” Stephan Hawking
Cada año miles de meteoros deambulan en el cielo. Pedazos de rocas incandescentes que culminan su existencia en la Tierra después de un viaje por las inmensidades del Universo. Minúsculas gotas en el infinito océano cósmico, que desde tiempos remotos seducen las pupilas humanas y hacen que los hombres de todas las épocas se cuestionen el sentido de la vida.
De tanto en tanto, una lluvia de estrella aparece y aunque se ve igual que se su predecesora es completamente distinta. Tiene una historia única y nos revela (sin querer) distintas cosas de las galaxias y las estrellas. Tal es el caso de las míticas Gemínidas.
La lluvia de estrellas de las Gemínidas, como su nombre lo indica, parece emanar de la brillante Constelación de Géminis; un conjunto de estrellas que se puede encontrar en el firmamento con facilidad, ya que está ubicado a la izquierda del famoso Cinturón de Orión.
De acuerdo a los historiadores, Las Gemínidas se descubrieron hace casi 200 años. La primera observación registrada de estas estrellas fugaces se hizo en el año 1833 desde un barco fluvial que navegaba sobre el lago Mississippi. Se dice que al ver las luces danzando en el horizonte, los marineros del siglo XIX supusieron que estaban atestiguando algo grande y hermoso. Un evento que auguraba buenos tiempos en el porvenir.
A pesar de todos los años que han transcurrido desde aquel primer instante, este desfile de meteoros no deja de ser impresionante. Gracias a estudios recientes, se sabe que la lluvia proviene del desprendimiento de átomos del Asteroide Phaethon 3200; un antiguo Comenta e que desde hace siglos choca contra la atmósfera de la Tierra.
Hay que destacar que este diluvio cósmico es muy intenso. En su hora pico se pueden vislumbrar hasta 120 meteoros por hora. Por otro lado, según algunos astrónomos las Gemínidas se están volviendo más fuertes cada invierno debido a que la gravedad de Júpiter ha arrastrado la corriente de partículas de Phaethon 3200.
En 2017 la tormenta de estrellas fugaces aparecerá en el cielo de la CDMX la noche del 13. Sin embargo, alcanzará su punto durante la madrugada del 14 de diciembre. Para poderla contemplar es recomendable mirar a los costados de Géminis. Sólo así se podrán apreciar los meteoros con las colas más grandes.
Aunque este año el acontecimiento se podrá vislumbrar a simple vista porque no habrá luna que lo apoque, lo ideal para ver bien este fabuloso evento astronómico es buscar un cielo despejado en las afueras de la CDMX. Quizá, escaparse a Morelos, al Desierto de los Leones o a los bosques que rodean la capital.
Por otro lado, lo único que se necesita para disfrutar este espectáculo sideral es: abrigarse, tirarse en el suelo y colgar los ojos en el cielo. Así de maravillosas y simples son las lluvias de estrellas.
Para ver las Gemínidas en vivo entra a este enlace.