Asombrosas imágenes del éxodo masivo de los capitalinos…
Según datos del INEGI en la Ciudad de México hay más de ocho millones de habitantes. El impresionante número de personas que viven aquí ha convertido a esta urbe en la cuarta más poblada del mundo. Esta estadística se traduce en caos y gente. Gente formada para subir a un transporte público. Gente haciendo filas para todo. Gente parada, caminando, corriendo o sentada en alguna de las cuantiosas arterias que tiene la capital.
Sin embargo, a pesar de la sobrepoblación que hay en esta megalópolis, cada año las vacaciones de diciembre nos regalan algunos días de calles y avenidas vacías. Esto se debe principalmente al ríspido invierno de la CDMX y a las vacaciones de diciembre. Al parecer, durante la última semana del año todo él que puede se escapa de la capital para refugiarse en otros paisajes.
Este fenómeno alcanza su punto máximo en puentes, días feriados y fin de año. Durante estos días: los vagones del metro van prácticamente solos, la Alameda recibe pocos visitantes y hay escasos coches parados frente a los semáforos de Reforma. Las oficinas parecen pueblos fantasmas y en las tiendas (las que no están cerradas) los vendedores se aburren.
Durante estas jornadas una de las urbes con más concentración de humanos se convierte en un inquietante desierto. Para algunos se transforma en el escenario de una película apocalíptica. Para otros, la vaciedad es una bella metáfora poética que le permite a las personas apropiarse de los espacios cotidianos. La posibilidad de vivir las calles sin tiempo, sin caos y sin ruido.
En honor a lo anterior, hemos juntado algunas fotografías en las que se puede contemplar a la CDMX sin almas. La explanada de Bellas Artes sin personas, un par de avenidas sin carros, el Ángel de la Independencia desolado y demás imágenes impactantes que muestran lo hermosa que es esta capital cuando todo el mundo se va.
