Breve paseo por la historia de la fascinante Plaza de San Juan

La Plaza San Juan está rodeada de varios lugares para visitar.

 

Sin duda, el barrio de San Juan es histórico. Su ubicación lo hace un lugar privilegiado, se encuentra al Suroeste del Centro Histórico abarcando parte de un ex barrio prehispánico, el barrio Chino y cuatro mercados construidos a finales de la década de 1950; asimismo, alberga la mayor cantidad de edificios considerados monumentos artísticos en el Centro Histórico.

El barrio de San Juan tiene su origen en el barrio prehispánico de Moyotlan, también conocido como el “lugar de mosquitos” en náhuatl, donde en años recientes se han descubierto testimonios de dos importantes construcciones que durante la época colonial y buena parte del siglo XIX, dieron identidad a lo que fue el barrio de indios de San Juan Moyotlan: el Convento de San Juan de la Penitencia y el Hospital Real de San José de los Naturales.

  

 

 

Moyotlan fue uno de los cuatro barrios en los que estaba dividido México-Tenochtitlán, y el más poblado e importante de ellos en su época. Después de la conquista española, la ciudad se dividió políticamente en tres partes, en la parte central del barrio se delimitó una plaza donde se estableció el tianguis para abasto de los indígenas y una capilla, en este caso bajo la advocación de Juan el Bautista.

En 1591 los representantes del barrio le ofrecieron al Virrey Luis de Velasco II el edificio de la hospedería para establecer un convento de monjas y la recaudación de suficientes limosnas para mantenerlo, pidiendo como condiciones el que fueran monjas franciscanas, y el derecho de dar sepultura en la iglesia a todos los vecinos del barrio. El virrey aceptó y los indígenas habilitaron la hospedería para poder albergar al convento, al cual llegaron las monjas clarisas el 18 de junio de 1598 y recibió el nombre de San Juan de la Penitencia.

 

 

El barrio de San Juan fue la parte más afectada de la ciudad por la gran inundación de 1629, y las posteriores epidemias y su población fue severamente diezmada. La parte oriente del barrio la componían pantanos y terrenos cenagosos, por lo que no tuvo desarrollo sino hasta finales del siglo XVIII, y el vecino barrio de la Candelaria Atlampa se fue despoblando hasta que casi desapareció.

 

 

 

Después de muchas reconstrucciones y cambios de dueño, fue hasta 1849 que se realizó el proyecto para la construcción de un mercado en la plaza de San Juan, el cual fue diseñado y construido por el arquitecto francés Enrique Griffon y fue concluido en 1850 y llamado Mercado de Iturbide.

El mercado fue diseñado con un concepto estrictamente utilitario y carente de ornamentos, que reflejaba la situación económica inestable del país, aunque el arquitecto Griffon introdujo en el edificio del mercado varias innovaciones para la época, como fue el uso de una armadura de hierro que permitió techar el patio central y al mismo tiempo le proporcionaba iluminación y ventilación, así como pisos de cemento y para los cajones exteriores se colocaron celosías de madera para ventilación así como protección para la lluvia.

 

 

 

A finales del siglo XIX se pretendió mejorar el estado que tenían algunos mercados de manera que fueran más higiénicos. El primero en modificarse fue el de San Juan en el año de 1879, en su construcción se utilizaron materiales como el hierro y el cemento y fue diseñado por el arquitecto Antonio Torres Torija.

En 1890 el empresario de origen francés Ernesto Pugibet y su esposa Guadalupe Portilla compran los terrenos y en 1884, Pugibet había fundado una fábrica de cigarros a la que le dio el nombre del Buen Tono, la cual había crecido rápidamente gracias a la rápida aceptación de sus productos y después de seis años se encontraba en plena expansión y fue necesaria la construcción de instalaciones adecuadas para la producción.

 

 

 

El convento fue demolido para construir la nueva fábrica, dejando sólo el templo en pie. La construcción del complejo fue encargada al ingeniero Miguel Ángel de Quevedo, quien se convirtió en el arquitecto favorito de Pugibet. La nueva fábrica marcó el desarrollo y auge del barrio hasta su cierre a mediados del siglo XX.

En 1912 Ernesto Pugibet manda demoler el templo de San Juan de la Penitencia y le encomienda al ingeniero Miguel Ángel de Quevedo la construcción de un templo para los servicios religiosos de los trabajadores y directivos de la fábrica.​ El templo fue dedicado a la Virgen de Guadalupe en honor a Guadalupe Portilla, esposa de Pugibet. La reja del coro alto del templo de San Juan de la Penitencia fue trasladada a la entrada del Castillo de Chapultepec que en ese entonces fungía como residencia presidencial.

 

 

A mediados de los años 50, el Departamento del Distrito Federal reorganiza los mercados de la Ciudad de México, construyendo mercados modernos, y trasladando los viejos mercados a nuevas ubicaciones. De esta reorganización formaron parte el Mercado de Jamaica, el Mercado de la Merced y los cuatro mercados de la Lagunilla, así como los cuatro mercados del barrio de San Juan.

En 1955 los comerciantes fueron reubicados a una bodega que la Fábrica del Cigarros del Buen Tono cedió para este fin, en la calle que hoy se conoce como Ernesto Pugibet, dando origen al mercado San Juan Ernesto Pugibet. Los comerciantes del exterior del mercado fueron enviados al nuevo mercado San Juan Arcos de Belén, construido en 1956 y ubicado en la esquina de las calles de López y Arcos de Belén.

 

 

Los comerciantes reubicados en un mercado inaugurado en 1970 junto a la Plaza de San Juan, el cual es el mercado San Juan de Curiosidades. Y hoy en día, La festividad de San Juan se lleva a cabo el 24 de junio y se lleva a cabo principalmente en los 4 mercados donde los locatarios organizan verbenas. La más tradicional es la celebración del mercado Arcos de Belén, donde es costumbre hacer obsequios a los vecinos y clientes que visitan el mercado ese día. Conoce la hermosa plaza de San Juan.

 

 

 

Dónde: Ayuntamiento s/n, esquina con Dolores, Col. Centro (Área 1), C.P. 6000, México, Ciudad de México