Un recorrido por las fiestas más importantes de la Nueva España en el siglo XVIII.
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En el siglo XVIII, el calendario festivo de la Iglesia marcaba el ritmo de vida de los habitantes de Nueva España. Un sin fin de fiestas religiosas eran guardadas celosamente por los vecinos de la ciudad que ponían toda su creatividad para adornar y preparar los platillos de cada celebración.
Una de las fiestas más importantes para la sociedad novohispana del siglo XVIII fue el Día de Muertos. En cada hogar se preparaba un gran banquete en honor de los difuntos. Se cocinaban aves, corderos y se compraban en los puestos de la Plaza Mayor el “pan de muerto”, que era preparado exclusivamente por indias para dicho evento.
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Para la celebración del Día de Muertos, se compraban flores y frutas para arreglar las ofrendas. Las familias visitaban los cementerios y por la noche se reunían para rezar por los difuntos. Al siguiente día los familiares disfrutaban de la comida de la ofrenda.
Otra de las celebraciones que era esperada por los habitantes de Nueva España en el siglo XVIII fue la Navidad, una fiesta que se caracterizaba por compartir los alimentos, especialmente postres y bizcochos que se acompañaban con chocolate. Los dulces no podían faltar en esta celebración que se podían conseguir en las tiendas y tabernas.
¡Feliz Navidad y felices fiestas en las que se conmemora el nacimiento de Jesucristo!. ¿De dónde viene la palabra 'NAVIDAD'? Deriva del verbo latino "NASCOR" ("nativitas"), 'nacer' y este verbo se remonta a la raíz indoeuropea "*gen-": 'parir', 'dar a luz'. Sigan leyendo👇 pic.twitter.com/ImXUD2jKN8
— Etimologías (@EtimosDirectos) December 25, 2020
En Cuaresma, una de las celebraciones más importantes en el calendario de la Iglesia, se acostumbraba tomar los llamados “paseos”, que se realizaban en los canales que iban desde el barrio de Jamaica hasta Ixtacalco. En el camino, podías observar muchos puestos de comida y de pulque, igualmente, un buen número de músicos se reunía para amenizar el viaje en la trajinera.
A year ago, I was exploring Mexico City: sipping lattes in cafes; making breakfast at home with fresh tortillas; experiencing floating gardens+ trajineras of Xochimilco for the first time. #CDMX
— Krystafer Redden (@KrystaferRedden) April 13, 2020
Today, I spent the day alone focusing on reflection, grace, hope. Feliz Pascua, all. pic.twitter.com/KzToU2ggNN
El Carnaval, celebrado días antes de la Cuaresma, fue otra fiesta que disfrutaban enormemente los novohispanos, pues, era un momento de excesos que eran tolerados por el Estado y la Iglesia, ya que servían como desahogo y garantizaba el control social el resto del año. La costumbre dictaba que, en esta fecha, las personas se arrojasen semillas comestibles, almendras, cebada y anises por la calle, además, se toleraba el consumo de algunas bebidas alcohólicas en la vía pública hasta altas horas de la noche.
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— Fideicomiso Centro Histórico de Ciudad de México (@Centro_CDMX) May 1, 2018
La afamada Plaza de Santo Domingo en la Ciudad de México del siglo XVIII.
Obra de John Phillips 1847-1848, Litografía coloreada. Museo nacional de Historia, Secretaría de Cultura. INAH. pic.twitter.com/jdJUf6BEZ0
Fuente: Gonzalbo Aizpuru, Pilar, Historia de la vida cotidiana en México III. El siglo XVIII: Entre tradición y cambio, México, FCE, 2005, pp. 592.
Autor: Nuevo Adicto
Foto destacada: Turismo Michoacán