La danza del venado y las pascolas son tradiciones con más de 300 años

Foto destacada: Ballet Folklórico de México

La historia de la procedencia de las pascolas es parte de la identidad norteña.

 

La danza que sirve de elemento identitario de las culturas del norte que habitan Sonora y Sinaloa, es una tradición de más de 300 años que también se apropiaron los guarijíos, pimas, pápagos o tohono o’odham, tarahumaras y tepehuanos del norte.

Originalmente tanto yaquis como yoremes (mayos) realizaban una danza ritual para el pedimento de la lluvia y en la que principalmente se puede observar el juyya ánia, es decir, el mundo del monte, la relación del hombre antiguo con su entorno natural.

Entonces, sucedió en el s. XVI que los jesuitas, pese a sus esfuerzos, no podían evitar las “prácticas profanas” de las 60 mil almas que debían evangelizar, así que sin el apoyo militar eligieron tomar las danzas locales y mezclarlas las nociones católicas.

Por ahí de 1767 los jesuitas fueron expulsados de la zona, pero no así las modificaciones que habían hecho años a las tradiciones antiguas, contrario a lo esperado, las comunidades abrazaron más que nunca las fiestas religiosas acompañadas de danzas como Los pascolas y el venado.

¿Qué narra la historia de las pascolas?

Esta danza yaki y yoreme nos cuenta cómo los pascolas, hijos del diablo, fueron ganados en un enfrentamiento entre Dios y el diablo, donde el maligno fue vencido y sus hijos perdidos, bautizados. El venado participa como un ser primigenio y benigno.

Sólo los hombres pueden practicar esta danza, que antiguamente exigía a todo aquel que pretendiera ser danzante, entrar a las cuevas para adquirir el don de la danza por el mismo juyya ánia, y dicen que sigue siendo así, pues hasta el más tímido se trasforma con la máscara puesta.

Sólo los danzantes venado debían pedir el honor entrando teku ánia, el mundo de los sueños, para vencer a la serpiente y así presentarse en la ramada junto a los músicos que suelen educarse en un instrumento desde pequeños.

Simbolismo de la vestimenta y el escenario

La ramada recibe ese nombre por ser una construcción hecha de ramas de árboles locales cargados de simbolismo, en yoreme, ramada se dice jö’ta, danzar sobre el lomo de la tierra.  La ramada es la casa de Dios, es un escenario cosmológico donde se desarrolla la fiesta-ceremonia, tanto músicos como danzantes se colocan respecto a los puntos cardinales formando una cruz.

La vestimenta de los danzantes tiene muchos simbolismos, cada color, cada material, cada cascabel están colocados por una razón específica, nosotros te compartimos los más sobre salientes.

Los pascolas llevan un cinto de 12 cascabeles, son los apóstoles; sus máscaras llevan pintadas una cruz que simboliza haber sido ganados por Dios, tienen largas barbas hechas de crin de caballo para simular que son ancianos.

Se dice que la introducción de las barbas era para imitar a los españoles, que sin saberlo eran representados como el malo de la historia. Por eso actualmente en algunas poblaciones, los pascolas usan máscaras de personajes de los que desean burlarse.

Los cascabeles en sus piernas representan la víbora de cascabel que se vinculo con el diablo bíblico un trasfondo indígena. Korúa es una serpiente que habita las aguas, razón por la que al final de la danza los pascolas, así como la serpiente, lanzan agua emulando también el bautismo.

 

El venado en sí mismo representa el ser más sagrado de los pueblos del norte, es el renacimiento al igual que las flores, razón por la que todos los danzantes adornan sus cabezas con ellas, como recordando que lo más importante es resurgir en el tiempo perfecto de la naturaleza.