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Los chontales son comunidades homónimas en Tabasco y Oaxaca.
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Chontal es un término mexica que significa “extranjero” pero que ahora designa a dos pueblos originarios mexicanos que no están relacionados entre sí, a no ser por el nombre. Pero como geográficamente se encuentran muy cercanos, quizá por eso se les dio el mismo nombre. Cada uno de estos extraordinarios pueblos merecen ser conocidos y aquí te compartimos un poquito de su grandeza.
Chontales de Oaxaca
Los Slijuala xanuc’, habitantes de las montañas, en lengua chontal oaxaqueña es el nombre original y correcto de este pueblo originario que habita la Sierra Madre del Sur, en los municipios San Carlos Yautepec, Santa María Ecatepec, Asunción Tlacolulita, San Miguel Ecatepec y Santa Magdalena Tequisistlán; pero también en las costas de Santiago Astata y San Pedro Huamelula.
Su origen se remonta al año 300 d. C. cuando después de haber habitado con los mixes Villa Alta y Choapam, fueron expulsados, lo que llevó a los chontales a la sierra del aire, que hoy es el municipio de Santa María Ecatepec. El fundador de la nación chontal fue el rey Alfane Leochine, quien en 1374 entró en guerra con los zapotecos por su constante expansión territorial.
Alianzas y batallas con zapotecos y mexicas escribieron la historia de los chontales hasta la llegada de Pedro de Alvarado a su territorio, momento desde el cual tuvieron que confrontar duras batallas, epidemias, evangelismo y prohibiciones absurdas como el cultivo de cochinilla y la explotación de las salinas de Tehuantepec, sus medios de sustento.
Aun con pérdidas, el pueblo chontal oaxaqueño ha preservado creencias religiosas antiguas y parte de su gastronomía milenaria. Su tradición religiosa consta de 18 deidades masculinas y 3 femeninas, de entre ellas el Gran Espíritu creador de los astros, el aire, el agua y el fuego. Su gastronomía parte de las deidades y su relación con los ciclos de la naturaleza; por ejemplo, en temporada de lluvias nunca faltan los hongos.
De entre sus obras manuales destacan la elaboración del mezcal y la fabricación de textiles de algodón teñidos con materias primas; ambas actividades se realizan por medio de técnicas tradicionales, mismas que se ven reflejadas en el uso y aplicación de medicamentos. La medicina chontal parte del concepto de enfermedad que se da por los opuestos, frío y caliente, cada uno causante de diferentes enfermedades.
El uso de las plantas para la cura de enfermedades es primordial en la medicina chontal que registra 365 enfermedades para las cuales existen 365 plantas agrupadas y clasificadas según la parte del cuerpo que curan, la parte de ellas que se utiliza, o la manera en la que se usan, algunas de estas enfermedades con el mal de vergüenza, la tirisia, el mal de ojo, el empacho y el susto; estas y el resto de enfermedades son detectadas por el curandero, quien no cobra al tratarse de un servicio a su comunidad.
Chontales de Tabasco
El nombre del pueblo mayense que habita los municipios tabasqueños Centla, Centro, Jonuta, Macuspana y Nacajuca; es yoko t’anob o yoko t’an, que significa, el pueblo que habla yoko ochoco” que nada tienen que ver con los chontales de Oaxaca. Los chontales de Tabasco se instalaron en antiguos asentamientos olmecas, pero se trata de mayas que al tener contacto con los toltecas adquirieron el náhuatl también, es decir, se trataba de una población casi en su totalidad bilingüe.
Al territorio de los chontales de Tabasco llegó en 1518 Juan de Grijalva, un año después fueron visitados por Cortés quien, acompañado por Malintzi, entabló reuniones diplomáticas con el señor de los yoko t’an, Tabscoob. El pueblo acabó por aliarse al enemigo tras las grandes afectaciones que dejaron las enfermedades españolas.
Los yoko t’an desarrollaron su cultura en medio de la selva tropical, a la orilla de los bordos fluviales altos en el llano y lugares sobre la playa y la zona costera, tuvieron una fructífera agricultura y realizaron pesca en agua dulce y salada, hasta 1614 cuando se construyó de palma la primera iglesia en Nacajuca, la zona principal de los yoko t’an, la única sobreviviente del periodo colonial.
Se dice que para el siglo XVII el 95% de los chontales tabasqueños había desaparecido, donde había poblaciones la selva creció tapando los edificios, los sobrevivientes se vieron obligados a trabajar en la ganadería y la explotación del palo tinte y el cacao. Las mejores tierras fueron distribuidas entre españoles, los yoko t’an fueron desplazados a las tierras inundables y el pantano donde vivieron como abastecedores de cal de ostión, vigas de mangle, carbón y pescado.
El pueblo chontal de Tabasco es uno de los más segregados razón por la que su grupo es muy pequeño, por ende, se encuentran en peligro de perder sus tradiciones, mismas que en otros días permitieron la vida y la prosperidad en la selva ya que los yoko t’an conciben un mundo habitado e intervenido por las deidades.
Doña Bolom, originalmente Ix Bolom y que ahora es identificada con la virgen de la Asunción, es la diosa de la fertilidad, la luna, la dueña del mar a quien visitan los “hombres tigre” y “mecaguas”, seres voladores que llegan a su morada en el cielo. Yumkaa, Chwakiok, Chibompam, son otras deidades encargadas de cuidar la selva, enfermado de la mente a los que la violentan.
Su medicina tradicional está casi por perderse, pero aún conservan el uso de algunas plantas en combinación de la medicina alópata. Para los yoko t’an la enfermedad se origina cuando hay una ruptura con el orden cósmico, para lo cual es necesario realizar ceremonias y la consulta a los hueseros, las ensalmadoras y las comadronas.