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Los magonistas fueron la ala radical de la política mexicana en el siglo XIX y XX.
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Enrique, Jesús y Ricardo Flores Magón, profundos inconformes, dedicaron buena parte de sus vidas a ocuparse por los grupos obreros, campesinos y marginados del país, y hoy en día se les reconoce como precursores de la revolución mexicana, aunque poco difundidos por sus ideas políticas.
Para contrarrestar el gobierno de Porfirio Díaz, los Magón crearon el periódico “Regeneración” en 1900, con el fin de informar, concientizar y sensibilizar al pueblo. Estas páginas se dedicaron a criticar al gobierno citando el artículo 7 de la constitución de aquel año para ejercer sus derechos: “la libertad de imprenta no tiene más límites, que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pública”.
Las palabras escritas en “Regeneración”, fueron el pretexto perfecto detener varias veces a los Flores Magón. Una de esas ocasiones fue cuando Ricardo publicó un texto donde demandaba la renuncia de Díaz, y convocaba a los industriales y pequeños empresarios mexicanos a resistir la monopolización extranjera y los altos impuestos.
En 1911 Francisco I. Madero le ofreció la vicepresidencia de la República a Ricardo Flores Magón, quien la rechazó. El 15 de junio, fue aprehendido junto con su hermano Enrique y sus compañeros. Las instalaciones de “Regeneración” fueron saqueadas y fueron sentenciados a 23 meses a la isla McNeil, penitenciaria federal estadounidense.
Los magonistas anarquistas
Al igual que otros liberales de la época, los Flores Magón conocieron las obras los anarquistas de siglo XIX. Se dice que fue Camilo Arriaga, otro olvidado de la historia, quien tenía en su biblioteca libros de Kropotkin, Tolstói, Fourier, Owen, Blanc y Bakunin, así como de Marx, Engels. Aunque solo muy pocos mexicanos asumieron las ideas anarquistas en la lucha revolucionaria de 1910.
Ya que los Flores Magón buscaban cambios profundos de corte anarquista: la abolición del Estado y la Propiedad privada, sobre todo, aunque también se ocuparon de la vida en los pueblos indígenas, la tradición liberal mexicana del siglo XIX y el pensamiento de filósofos anarquistas europeos.
Algunos estudiosos consideran que los Magón no fueron precursores de la Revolución Mexicana, porque la Revolución fue una encomiendo reformista, y lo que los Magón buscaban era un cambio radical; así que “no luchaban por lo mismo”, además de que el magonismo no solo rivalizó con el porfiriato, sino que también con el maderismo, el carrancismo y el obregonismo.
Los magonistas, como se le conocía a el pequeño grupo que comulgaba con las ideas de los Magón, no tuvieron un espíritu reformador, sino uno anticlerical y anti-imperialista, antiestatal, atea, igualitarista y con un desprecio por los mecanismos electorales, y con muchas ganas abogaban por la expropiación y las revueltas radicales.
En 1911 llegaron a Tijuana anarquistas de varios lugares de Estados Unidos, Ricardo Flores Magón llamó a los anarquistas italianos y españoles a poblar el Distrito Norte de la Baja California. Indicó que existían abundantes tierras y agua para todos donde llamó a convocar una Revolución Social y a tomar el Estado.
En 1916, en la primera página de Regeneración, apareció constantemente un escrito que apuntaba que la revolución en México era un movimiento del pobre contra el rico. En el segundo punto indicaron que su publicación “se ha esforzado y se esfuerzan por encauzar el movimiento por el sendero del comunismo anárquico”…
En marzo de 1918 se lanzará el último manifiesto magonista que exhortaba a los anarquistas del mundo para evitar la Primera Guerra Mundial. Las últimas palabras incitaban a la revuelta y el manifiesto terminaba con el grito de “¡Viva Tierra y Libertad!”, como muchos escritos del Partido Liberal Mexicano desde 1910, consigna de lucha difundida años antes por Práxedis G. Guerrero, quien las había tomado de los populistas rusos.
Dicho manifiesto costaría el noveno encarcelamiento a Ricardo Flores Magón, en el que halló la muerte… Enrique Flores Magón apoyó la candidatura de Lázaro Cárdenas y falleció en la Ciudad de México en 1954. Jesús Flores Magón permaneció en la Ciudad de México, al tomar el poder el revolucionario Venustiano Carranza optó por abandonar ya que había tomado partido por el otro candidato. Regresó a México tras la muerte de Venustiano Carranza en 1920.