La CDMX se hunde cada vez más y aún no hay nada que lo detenga 

Foto destacada: dronestgr

El hundimiento de la CDMX tiene un gran impacto en la ciudad y sus consecuencias se hacen latentes cada día.  

 

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En 2010 la Ciudad de México se hundía entre ocho y 37 centímetros cada año, en promedio. En aquel entonces, la columna del Ángel de la Independencia cumplía 100 años, y se sabe que la escalinata tiene 10 peldaños que los originalmente construidos, debido a que todo alrededor se hunde, excepto la columna.

El Ángel es sólo un ejemplo de una ciudad que se hunde ya que se construyó sobre un suelo lacustre, y otros lugares de la CDMX se hunden más rápido que otras dejando rastros evidentes.

 

 

10 años después, se ha dicho que la CDMX se hunde casi 50 centímetros al año. Se trata de un estudio de “Over a Century of Sinking in Mexico City: No Hope for Significant Elevation and Storage Capacity Recovery” (Más de un siglo de hundimiento en la Ciudad de México: no hay esperanza de una elevación significativa y recuperación de la capacidad de almacenamiento) realizado por la empresa Advancing Earth and Space Science.

Este estudio es el resultado de un trabajo desarrollado por científicos estadounidenses y mexicanos, quienes llegaron a la conclusión de que amplias franjas de tierra debajo de la ciudad se están compactando de manera constante, después de un drenado continuo de los acuíferos subterráneos que se ha extendido muchos años.

 

 

Lo que ha provocado que el sedimento del área metropolitana se esté fragmentando, es la densidad poblacional, siendo una de las ciudades más pobladas de todo el planeta, con una falta de urbanización mejor planeada y a la extracción de agua de mantos acuíferos subterráneos,

Los datos del estudio, demostraron que desde hace 115 años la ciudad se está hundiendo. Además mostró comparativos con la información de GPS recopilada desde hace 24 años,  y  ha señalado a como principales responsables de este fenómeno, al drenaje excesivo de acuíferos subterráneos y la agregación de las capas de arcilla sobre las que ésta descansa.

 

 

Una de las palabras que más suena es el estudio, es que la investigación describe como «imparable» el ritmo en el que se han agrietado y comprimido las capas de tierra debajo de la Ciudad de México. La falta de agua en el antiguo lecho del lago está afectando el sedimento natural de la zona. Las consecuencias pueden ser graves en términos de abastecimiento de agua para los millones de pobladores, así como para la fragmentación de la infraestructura pública sobre la superficie.

 

¿Cuáles son las zonas más afectadas con el hundimiento?

 

 

El Centro Histórico es de los sectores más afectados del hundimiento, con un ritmo de 40 centímetros de hundimiento al año. Los efectos de este fenómeno se aprecian ya en ciertos inmuebles con alto valor arqueológico e histórico, pues se han visto agrietados y desnivelados significativamente en los últimos años.

En aquellas partes de la ciudad, donde la urbanización todavía no está tan desarrollada como en otros sectores, el hundimiento es mucho menor que en zonas más densamente pobladas. Los sectores marginales como la zona noroeste, podrían padecer pronto de problemas relacionados a fisuras y fracturas del suelo.

 

 

En 150 años se estima que se alcance el 30 % de compresión en las capas de arcilla; en la actualidad, el sedimento está comprimido en un 17 %.  Aunque apenas sobrepasamos la mitad del total estimado, es una realidad que estos cambios son casi irreversibles, según aseguran los autores del estudio:

Se ha dicho que incluso si se elevaran los niveles de agua, hay pocas esperanzas de recuperar la gran mayoría de la elevación perdida y la capacidad de almacenamiento perdida; ya que el peso de la ciudad y los cimientos poco profundos, hacen que el suelo se compacte. Aunado a la constante extracción de agua y la creciente expansión del área metropolitana, revertir las consecuencias se ha vuelto casi imposible.

En términos de urbanización y acceso a los recursos naturales la situación es preocupante. Así que es necesario que dentro de la agenda de la ciudad figure la recolección de agua de lluvia, o maneras alternativas para la obtención de este recurso.

 

 

La CDMX no es la única ciudad del mundo que se hunde, pero a diferencia de otros tipos de hundimiento registrados en otras ciudades, la CDMX refleja la constante compactación del antiguo lecho del lago de Texcoco sobre el que se construyó la actual ciudad, y que rodeó la antigua Tenochtitlán.

Una vez construida la actual CDMX, y conforme la extracción del agua subterránea se intensificó, éstas se volvieron más profundas y provocó que el lecho del lago, salado y rico en arcilla (con aproximadamente 100 metros de espesor), quedara seco. Desde entonces, sus granos minerales se han vuelto cada vez más compactos, generando que el suelo se reduzca y se hunda.

 

 

Así que la falta de agua en el antiguo lecho del lago está afectando el sedimento natural de la zona y los resultados pueden ser muy graves para los habitantes de la metrópoli ya que además de estar en riesgo el abastecimiento de agua para los millones de habitantes, también está en riesgo la infraestructura pública sobre la superficie.

¿Qué sucede en el lago de Texcoco? Tener un lago seco está teniendo sus consecuencias. Tener sin agua un antiguo lecho sobre el que se construyó la ciudad, sede de la ciudad azteca de Tenochtitlán, además, está provocando sus estragos, sin mencionar que el cambio climático, los plásticos y la contaminación de la ciudad también están haciendo su parte.