Clipperton: una isla en territorio mexicano, fuera de los mapas y de la historia

Fotos: Isla de la Pasión

Clipperton es un atolón que fue reclamado por piratas, comerciantes y muchos extranjeros. 

 

En el océano Pacífico mexicano se encuentra esta isla coralina deshabitada. Se caracteriza por su forma de anillo circular, tiene 6 km² de superficie y 11,1 km de línea costera,​ siendo el punto más cercano a tierra firme la Playa la Llorona en el Municipio de Aquila, Michoacán, a 1 085 kilómetros. No obstante, este atolón es una posesión francesa administrada desde la Polinesia Francesa por un alto comisionado de Francia.

Históricamente, México ha reclamado la soberanía de la isla, ya que se han identificado 115 especies comerciales en las aguas territoriales, este lugar ha sido disputado por ingleses, estadounidenses y franceses, a quienes les fue otorgado el arbitraje internacional en 1931. 

Su laguna se encuentra cerrada desde hace un siglo, el agua es ácida y se encuentra estancada. A 29 metros al sudeste del atolón se conoce con el nombre Roca de Clipperton. La isla ha sido ocupada varias veces por comerciantes de guano, aspirantes a colonos y personal militar, principalmente de México, quienes reclamaron su soberanía. En 1931 el rey Víctor Manuel III de Italia se inclinó a favor de Francia, aunque Clipperton no ha tenido habitantes desde 1945. En ocasiones recibe la visita de pescadores, patrullas de la marina francesa, investigadores científicos, equipos de filmación y supervivientes de naufragios. 

Esta isla no aparece en el mapa de México ni en los libros de historia; pero sí se habla de un terreno disputado por piratas y empresarios de guano. A este lugar también se le llama Isla de la Pasión o Isla Médanos registrada por primera vez por Fernando de Magallanes entre 1520 y 1521 y asentada gráficamente en sus cartas de navegación.

La isla lleva el nombre del pirata inglés John Clipperton, quien en febrero de 1705 la visitó y desembarcó en ella. Clipperton era tripulante del navío Saint George que, a cargo del capitán William Dampier, atacaba y saqueaba los galeones españoles en las rutas del Pacífico. Después de capturar un pequeño barco en los mares de Costa Rica, al que bautizaron con el nombre de Dragón, Clipperton tomó su mando. La leyenda dice que el pirata usaba la isla como refugio (base temporal de operaciones) y que en ella habría escondido un tesoro.

En 1711 Martin de Chassiron y Michel Dubocage, capitanes de los barcos franceses La Princesse y La Découverte, redescubrieron la isla, le asignaron el nombre Île de la Passion (‘Isla de la Pasión’) y la reclamaron como propiedad para la soberanía francesa, además porque Clipperton era pirata y no tenía ningún derecho de posesión legal por esa condición. La primera expedición científica tuvo lugar en 1725, a cargo del francés Michel Dubocage, quien vivió en la isla durante varios meses.

Esta isla se marcó bajo el dominio mexicano durante el periodo de 1821-1858. Tras la declaración de independencia en 1821, México se consideró heredero de los derechos de España sobre la isla, por lo que pasó a formar parte del recién nacido país. Las constituciones mexicanas de 1824 y de 1857 incluyen explícitamente a la isla dentro de su territorio.

Pero el Segundo Imperio francés no reconoció la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1857, y el emperador Napoleón III ordenó la anexión de la isla. El 17 de noviembre de 1858, el teniente de navío Victor Le Coat de Kerveguen anexó la isla Clipperton como parte de Tahití. No obstante, el acta realizada se firmó a bordo de un barco mercante, los franceses jamás pusieron pie en ella y el acta se envió a Hawái.

La Compañía Minera Estadounidense del Guano, según el acta de las islas de guano de 1856, reclamó la isla para los Estados Unidos, la cual vino a unirse a otras reclamaciones por parte de la compañía Oceanic Phosphate. Años más tarde, México reafirmó sus reclamos sobre la isla en 1897 y estableció una guarnición militar en ella. 

Bajo las órdenes de Porfirio Díaz ese mismo año se construyó un faro con una lámpara de aceite de 10 000 bujías y una guarnición militar al comando del capitán Ramón Arnaud Vignon de la marina mexicana. De 1908 a 1913, cerca de 100 personas (hombres, mujeres y niños) vivían en la isla. Cada dos meses, un barco proveniente de Acapulco llegaba a la isla con provisiones, puesto que las provisiones de San Francisco ya no pasaban por ahí. Sin embargo, con el estallido de la Revolución mexicana este servicio se suspendió y los habitantes de la isla fueron dejados a su suerte.

El alemán Gustavo Schultz, representante de la Compañía explotadora de guano en la Isla, plantó trece cocos en la zona arenosa. Este hecho permitió sobrevivir a algunos de los mexicanos abandonados en la isla, pues era su única fuente de Vitamina C, que evitó la muerte de los residentes por escorbuto.

En 1908, la Pacific Island Company dio por terminadas sus operaciones en la isla, pues no pudo encontrar mercado para el guano de baja calidad de Clipperton, y sólo se dedicó a apilarlo durante años. Al caer los precios internacionales, finalmente la compañía desapareció en 1910.


El guardián del faro, Victoriano Álvarez resultó ser el único hombre que quedaba en la isla, junto con 15 mujeres y niños. Pronto Álvarez se autoproclamó rey y comenzó una escalada de violaciones y asesinatos, antes de ser él mismo asesinado por una de sus víctimas: Tirza Rendón, con la ayuda de Alicia Rovira, la esposa del capitán Arnaud, lo mató con un martillo y un objeto punzante.

En una ocasión Jacques-Yves Cousteau visitó la isla junto a su equipo de buzos y un superviviente de la evacuación de 1917, Pedro Ramón Arnaud Rovira, el hijo del Capitán Ramón Arnaud Vignon.