El árbol zompantle, conocido también como colorín, es una especie emblemática que forma parte de la riqueza cultural, gastronómica y medicinal de México.
La flor del colorín es considerada un alimento ancestral en regiones como la CDMX, Edo Mex, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro.
Quizás fuiste uno de los cientos de niños que jugaste con las flores del árbol de colorín y nunca te imaginaste que podías comerlas sin enfermarte. El árbol es originario de Centroamérica, y fue considerado sagrado para los Mayas y los Mexicas quienes lo usaban con fines medicinales y, que hasta la fecha, varias familias mexicanas lo siguen consumiendo.
Se cultiva como planta ornamental, las flores son comestibles, pero las semillas contienen alcaloides que son venenosos.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que los árboles llegan a medir hasta 12 m de alto con troncos de color gris claro o café claro. Tienen hojas con tres folíolos de forma aproximadamente triangular, a veces más anchos que largos. Cuenta con flores en forma de espada, hasta de 7 cm de largo, con pétalos rojos.
Además, las flores de colorín tienen frutos en forma de vaina o legumbre de color café, con protuberancias marcadas por las semillas que contiene, de 12 a 24 cm de largo; semillas en forma de frijol, rojas con una manchita negra, de 12 a 14 mm de largo.
Su nombre científico es Erythrina americana, y aunque hoy enfrenta amenazas de extinción en algunas regiones, sigue siendo un elemento clave en las tradiciones de comunidades como las del estado de Morelos.
Árbol zompantle: un regalo para la cocina mexicana
Una de las características más fascinantes del zompantle es su aportación a la gastronomía tradicional mexicana. Sus flores, de un intenso color rojizo, son consideradas un ingrediente único que, aunque no es de uso cotidiano, resalta en los platillos típicos de algunas regiones del Estado de México y Morelos.
Estas flores, a menudo llamadas flor de colorín, destacan por su color y su textura suave y un ligero sabor terroso que combina perfectamente con diversos guisos.
En algunas regiones de Morelos, la flor del zompantle es protagonista de platillos como el mole verde (pipián). Para este platillo se mezcla con semillas de calabaza molidas y chiles, otorgando sabores profundos y ricos en tradición.

También se utiliza en tortas de flor de zompantle bañadas en salsa verde o roja, que son perfectas para quienes buscan probar un bocado con historia. Otro de los usos populares es en los huevos revueltos, donde las flores aportan un toque visual y un sabor inigualable.
Además de las flores, los retoños del zompantle tiernos se cuecen con frijoles quebrados para preparar los llamados chompanburros, un platillo que, además de ser delicioso, es una excelente fuente de nutrientes.
¿Es seguro comer la flor del árbol zompantle?
Aunque el zompantle se ha utilizado durante siglos como alimento, su consumo requiere ciertas precauciones debido a los compuestos químicos presentes en la planta. Las flores contienen alcaloides como la eritralina y la erisodina, que pueden ser tóxicos si se ingieren en grandes cantidades. Por ello, las comunidades que lo emplean en la cocina han desarrollado métodos específicos para prepararlo, como hervir las flores para reducir su toxicidad.
En términos nutricionales, las flores del zompantle son una excelente fuente de proteínas y lípidos, lo que las convierte en un complemento alimenticio ideal en regiones donde las fuentes de proteína animal pueden ser limitadas. Este aporte nutricional, combinado con su sabor único, lo ha mantenido como un ingrediente apreciado en la dieta tradicional.
Usos tradicionales
El zompantle o colorín tiene varios usos entre los hierberos y los curanderos tradicionales. Algunos de sus usos es calmar el dolor de muelas a través de la semilla molida; una infusión se utiliza como hipnótico y sedante. También se utiliza para controlar las convulsiones.
También se emplea en la agricultura como cerca; además, se cultiva como planta de sombra, sobre todo para el cacao y el café.
Como amuleto
Oficialmente el frijol rojo que proviene del colorín es una semilla considerada como amuleto de abundancia.
En México se suele tener la creencia de que llevar estas semillas con nosotros es símbolo de fortuna y protección.
Estas semillas fungen como limpiadores de malas auras y es un poderoso escudo en contra del mal de ojo, especialmente en niños pequeños.
Un árbol que merece ser preservado
El zompantle es mucho más que un árbol: es un símbolo de identidad, tradición y conexión con la naturaleza. Sin embargo, su desaparición en algunas zonas es un recordatorio de la importancia de conservarlo. Protegiendo esta especie, no solo salvaguardamos su belleza y utilidad, sino también el legado cultural que representa para México.

