Durante más de treinta años, Casa de las Mercedes ha sido sinónimo de esperanza, refugio y reconstrucción para más de seis mil niñas y adolescentes que han atravesado situaciones de abandono, violencia o vulnerabilidad extrema en México. En este espacio, las menores encontraron no solo techo y alimento, sino también acompañamiento psicológico, educación, salud, cultura y, sobre todo, un entorno de afecto que les permitió volver a creer en sí mismas y en los demás.
Desde su fundación, el modelo de Casa de las Mercedes se ha distinguido por ser integral y profundamente humano: combina atención profesional con un ambiente de familia, fomentando la autonomía, el empoderamiento y el desarrollo emocional de cada niña. Muchas de las jóvenes que pasaron por sus puertas hoy son mujeres profesionistas, madres, maestras, psicólogas y emprendedoras que recuerdan con gratitud la oportunidad de haber tenido un hogar donde sanar.
A lo largo de su historia, Casa de las Mercedes ha brindado atención, educación y acompañamiento integral a más de seis mil niñas y adolescentes provenientes de distintos estados del país. Su labor ha sido reconocida en México y en el extranjero por organismos dedicados a la infancia y los derechos humanos. En 2019, la UNESCO reconoció públicamente el modelo educativo y comunitario de Casa de las Mercedes por su contribución al desarrollo humano, la igualdad de género y la promoción de la cultura de paz, destacando el impacto positivo que ha tenido en la reintegración social y emocional de miles de niñas que encontraron allí una segunda oportunidad para construir su futuro.
En días recientes, las conversaciones en redes sociales han girado en torno a la denuncia y controversia que, más allá de su veracidad o desenlace legal, no deben invisibilizar la labor social, educativa y emocional que esta institución ha realizado por más de tres décadas. Cada historia de éxito y cada testimonio de agradecimiento son también parte de la verdad: una verdad que habla del esfuerzo de mujeres, voluntarios y especialistas que han dedicado su vida a proteger y transformar la de miles de niñas.
Por eso, en esta nota reunimos las voces auténticas de quienes vivieron y crecieron en Casa de las Mercedes, testimonios que reflejan cariño, respeto y agradecimiento. Porque en medio de la desinformación, escuchar a quienes fueron las verdaderas protagonistas es también una forma de hacer justicia.
A continuación, recopilamos una selección de testimonios positivos, reales y sentidos, que pintan otro rostro de esta casa-hogar.
Voz de las beneficiarias
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“Soy de Casa de las Mercedes, llevo 13 años siendo beneficiaria… solo yo y las chicas sabemos que lo que se dice en redes es COMPLETAMENTE FALSO… este es nuestro espacio seguro, una familia que creamos.” — Regina Monrroy
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“Eso es falso. En Casa de las Mercedes son humanitarias y tratan a las niñas de la mejor manera posible… hasta darles una vida digna… me dieron herramientas, valores, enseñanzas que día a día llevo a cabo…” — Ana Lilia López
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“Soy beneficiaria de la casa hogar y les aseguro que no conocemos a la mujer … en esta casa JAMÁS nos han hecho nada… este es nuestro espacio seguro, una familia que creamos…” — Andie Gomz
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“Viví ahí y nunca nos dieron mala vida; al contrario, me daban comida, escuela, una cama, psicóloga, entretenimiento… y el personal muy amable… tanto las directoras como el personal… nunca se presenció ningún tipo de abuso…” — Lizeth Torres
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“Claro que no, eso es una mentira… yo sigo teniendo contacto con mamá Claudia y su única labor en esta vida fue protegernos y darnos herramientas para una vida digna…” — Oriana Valdez
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“Tú estuviste ahí? Porque yo sí… víctima de violencia de todo tipo, Claudia Colimoro me recibió como una madre, me cuidó, me ofreció terapia psicológica, comida, un hogar seguro, servicios médicos de primera…” — Alejandra Rangel
Claves del valor que otorgan las voces
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Hogar seguro y acogedor: Varios testimonios coinciden en que la institución no fue solo un albergue, sino un espacio donde sintieron “una familia” y contaron con cama, alimentación, escuela y apoyo emocional.
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Impulso educativo y de crecimiento: Hay historias que hablan de continuidad escolar, terapia psicológica, actividades extra-escolares, lo que les permitió soñar y trabajar por un futuro distinto.
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Reconocimiento y dignidad: Las beneficiarias enfatizan que fueron vistas como niñas y adolescentes con derechos, no solo como estadísticas; se les brindó trato humano y se les apoyó para “ser mujeres con sueños y metas en la vida”.
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Contrapunto a la desinformación: Varias voces señalan que las críticas difundidas en redes no reflejan su experiencia real, y piden empatía “por nuestras niñas”.
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Sostenibilidad de la historia de éxito: En la página oficial de Casa de las Mercedes se afirma que “a lo largo de más de 30 años de servicio … hemos sido testigos del éxito de nuestras niñas, quienes gracias a nuestro modelo de desarrollo integral alcanzan sus metas”. Casa de las Mercedes
Un testimonio que destaca
Una beneficiaria resume su experiencia así:
“Me dieron herramientas, me dieron valores, me dieron enseñanzas que día a día llevo a cabo…” — Ana Lilia López
Este fragmento muestra cómo la institución, según su percepción, logró algo más que resguardar temporalmente: sembró para toda la vida.
¿Por qué es relevante dar estas voces?
En un entorno mediático donde las críticas y denuncias captan la atención, es esencial también visibilizar las experiencias positivas. Para el público de mxc.com.mx, que valora un enfoque que destaca lo mejor de México, contar estas historias permite equilibrar la narrativa: mostrando que, según quienes estuvieron allí, la Casa de las Mercedes ha sido un espacio transformador, un refugio de esperanza.
Además, para niñas que hoy ingresan o para donantes y voluntarios, estos testimonios funcionan como ejemplo de que la ayuda puede cambiar trayectorias y vidas.

