Las flores comestibles de México: un tesoro gastronómico

¿Sabías que a muchos platillos mexicanos se les pueden agregar flores comestibles? Además de ser preciosas, también tienen un sabor delicioso.

 

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En la gastronomía mexicana, todo va: desde iguanas y venados hasta insectos y quelites de todo tipo, el mexicano aprovecha todo lo que la madre naturaleza pone a su disposición. Incluso incorporamos flores a nuestros platillos; ya no son solamente un objeto al cual admirar, sino que se convierten en ingredientes exquisitos que enriquecen aún más la cocina nacional. Seguramente has probado algunas de ellas, como la flor de la calabaza y el cempasúchil, pero hay muchas más flores comestibles que puedes añadir a tu dieta.

 

 

Flor de colorín

 

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Imagen de: México Desconocido

 

Los colorines son famosos por sus ramilletes de flores de color carmín intenso y sus “frijolitos” rojos. Sin embargo, no solo son un árbol que embellece las calles. Su flor es comestible, y es muy rica. Además, se puede preparar de muchas maneras. Una de ellas es hacer cogollitos de flor de colorín hervidos o asados, acompañados con una salsita y algo más. En otros lugares, como Tepoztlán, se utiliza con frecuencia en las garnachas. En su pintoresco mercado te puedes echar quesadillas, itacates y hasta tamales con la deliciosa flor.

 

 

Flor de sotol

 

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Imagen de: Wikimedia Commons

 

Esta es un clásico en la gastronomía del norte del país, ya que brota del sereque, una planta desértica. De hecho, es una parte esencial de las comidas rarámuri: es alta en fibra, calcio y vitamina D. También es versátil: se puede preparan en sopas o atoles e incluso en salmuera o guisada con tomate. Un dato curioso es que, entre los rarámuri, los únicos que la pueden recolectar son los jóvenes entre 10 y 14, ya que su delicadeza solo acepta manos “puras”.

 

 

Flor de mayo

 

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Imagen de: lysaflores.com

 

En la primavera, las calles de muchas ciudades del centro y sur del país se inundan con la deliciosa fragancia de las flores de jacalasúchil. Su perfume es realmente embelesador, y también lo podemos degustar. Estas flores comestibles multicolores (blancas, rosas o amarillas) tienen mucho calcio, y se suelen incorporar a la masa de maíz para darle un giro inesperado a las tortillas azules y a los tamales. También funciona como postre: cocida con azúcar.

 

Flor de guayacán

 

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Imagen de: Flickr

 

El guayacán es otro árbol que nos deslumbra cuando llega la primavera. De hecho, para los mixes y los otomíes, su floración representa el inicio de esta estación. Después de despojarse de todas sus hojas, se viste por completo con flores: es un espectáculo maravilloso, que resalta a decenas de metros de distancia. Su importancia ritual en Oaxaca es tal, que antes de la primera cosecha rodean al árbol con copal y semillas de maíz y frijol, para agradecerle. Se pueden preparar en atoles, tamales, sopas o tortitas; son buenas para la acidez y la gastritis.

 

 

Flor de cacaya

 

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Imagen de: fotocommunity

 

La última en nuestra lista de flores comestibles seguro la has visto al pasar por las carreteras del centro-norte del país. Es una flor de cactácea, y su nombre proviene del náhuatl: significa flor estrellada o flor del cielo, debido a que brotan en la parte más alta de la planta, y pareciera que intentan alcanzar al sol. Se consume desde tiempos prehispánicos, ya que es un gran desparasitante y que ayuda con problemas estomacales. Su sabor es suave y, según dicen, ligeramente parecido al pollo. Pruébalas al vapor, asadas, hervidas, guisadas con queso o rellenas.

 

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*Imagen destacada de: iluminancia.com