Aunque parezca algo difícil de creer, El presidente de la república paseando a caballo en el Bosque de Chapultepec (1896), es el nombre del primer filme mexicano creado en la ciudad de México. Se trata de una pequeña cinta en la que se logró captar al general Díaz acompañado de algunos hombres en uno de sus casuales paseos a caballo por los jardines de la capital.
El general Porfirio Díaz fue un presidente ambicioso. En su constante lucha por la modernización del país (orden y progreso), logró introducir a México muchos de los proyectos tecnológicos que entonces revolucionaban la Ciencia y el Arte en rincones del mundo, uno de ellos fue el apabullante cinematógrafo, una máquina que trajo al mundo los primeros espectros del Cine, capaz de filmar y también proyectar imágenes en movimiento. El invento fue diseñado por los hermanos Louis y August Lumière, y ofrecía –a pesar de que la Fotografía y algunos juguetes de ilusión óptica como la linterna mágica ya se conocían–, una increíble fidelidad de movimiento y proyección de la realidad.
La primera presentación cinematográfica apareció en el Grand Café de París. Nuestro entonces presidente Díaz, al escuchar de la presentación y de la novedosa tendencia de personalidades como Nicolás II de Rusia, de usar el aparato para filmar su vida cotidiana, decide introducirlo a México. En el año de 1896, en uno de los salones del Castillo de Chapultepec Gabriel Veyre y Claude F. Von Bernard, enviados de la familiar Lumière, presentan a Díaz, familia y miembros de su gabinete las imágenes en movimiento proyectadas a través de aquél espectacular invento.
Para ese mismo año, Veyre y Von Bernard dedican todo ese año de su vida a grabar al rededor de México 35 filmes sobre costumbres, tradiciones religiosas, cotidianidad folclore y surrealismo innato mexicano para presentarlo al general: Duelo a pistola en el bosque de Chapultepec, Escena en los baños de Pane, Alumnos del colegio militar, Doña Carmen Romero Rubio de Díaz en carruaje, entre otros más que pasarían a la historia como los primeros cortometrajes documentales sobre México.
A partir de ese momento Porfirio Díaz se convence de que será él quien se inmortalice en la historia del país como el primer actor en el cine mexicano. Bernard y Vayre le retratan en varias de películas: El general Díaz despidiéndose de sus ministros, El general Dïaz recorriendo el zócalo y por supuesto, el primer filme: El general Díaz paseando a caballo en el bosque de Chapultepec. Hoy en día existe un debate entre si Díaz fue un actor o simplemente un protagonista, pues se sabe que la primera película realmente dirigida se hizo casi 10 años después. Sea cual fuese su rol frente a la cámara, Díaz posó, se galanteo con sus mejores sombreros arriba de un caballo y, a pesar de que la escena pudiera ser tan cotidiana y natural en este ultimo filme, se realizó como un elegante actor frente a cámaras.
Así fue como el cine fue adquiriendo presencia en México, a partir de lo que Europa, especialmente Francia, podía ofrecerle a la ciudad en cuanto a innovaciones refería. Cabe destacar que el presidente Díaz –un general cuya fama se ostentó desde la batalla de Puebla en 1862 donde defendió a la ciudad de la invasión francesa–, no solo permitió la entrada de estos “adelantos tecnológicos” al país durante su presidencia, también lo permitió en el ámbito empresarial, donde muchas familias de la burguesía francesa tuvieron la oportunidad de extraer minerales preciosos de las zonas más ricas de la República.
El general oscila –en lo más íntimo de la colectividad mexicana– sobre un péndulo cuyos lados son siempre extremistas; por un lado contrastando su loable modernización y por otro, brillando fuertemente la paradoja de vender al país a los mismos que un día combatió.
Si te interesa indagar más en la colección de primeros filmes, la Filmoteca de la UNAM hoy resguarda algunos fragmentos de estas secuencias y otras como las de las festividades del Centenario o las charlas del general con el presidente de Estados Unidos en el año de 1909.
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