Foto destacada: ©Matt Mawson
Existen más de 300 tipos de agaves o magueyes que pueden combatir el cambio climático.
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El maguey es un aliado contra el cambio climático ya que ayuda a capturar dióxido de carbono, contener corrientes de aire, mejorar la productividad de los terrenos y alimentar los mantos freáticos; además de que se puede obtener líquido, fibras y es hermoso.
La sequía que se ha extendido por diversas regiones del país, ha hecho que volteemos a observar al maguey ya que necesita pocos cuidados, poco espacio, poca agua; no se poda, resiste a las algunas heladas, no es atacado por plagas o enfermedades y necesita sol para absorber el CO2 que contribuye al calentamiento global y encadena el cambio climático, es necesario ayudar a recuperar el planeta en el que vivimos y del cual obtenemos innumerables beneficios.
Además, existen más de 300 tipos de agaves o magueyes. La siembra de agaves no requiere de mucha inversión, se deja crecer libremente y cuando alcanza su vida adulta es capaz de sobrevivir por varias generaciones. Así que cuando compres alguna planta piensa en las suculentas o cactáceas, ya que pueden estar en los jardines absorbiendo dióxido de carbono.
El agave pulquero puede a la captación de CO2, contribuye al tratamiento térmico global, además es una planta que no es competitiva por el agua con otras especies, por lo que puede convivir con diversas especies de árboles y plantas.
Con el maguey se pueden obtener fibras textiles para la elaboración de telas, cestos, escobas, cepillos y papel. En México existen más de 100 variedades de este género con sus especies y subespecies, con formas y tamaños diferentes, entre las que se destacan el maguey espadín en Oaxaca, el agave azul en Jalisco, el henequén en Yucatán y el maguey pulquero en Hidalgo, Tlaxcala, Puebla y Estado de México.
Plantar maguey atraen animales e insectos para los cultivos: abejas, colibríes, avispas, palomillas y murciélagos, los cuales juegan un papel muy importante en la polinización y control de las poblaciones de insectos y algunos roedores.
Desde hace mucho, se sabe que los magueyes servían como leña, que con sus hojas era posible hacer techos como tejas, se usan como platos y para hacer papel, calzado, tejidos y todo tipo de vestidos. De su jugo se obtienen muchos beneficios para la salud de la mujer, limpia parte de los riñones y la vejiga, ayuda a descomponer cálculos y limpiar las vías urinarias.
Hoy en día, solo el Estado de México tiene una Ley de Protección al Maguey que contempla todos los subgéneros, grupos, especies, subespecies, variedades y formas; y que justo protege el cultivo, la producción, manejo y aprovechamiento del maguey, sus productos y subproductos; además promueve el desarrollo sustentable y fortalece las organizaciones de agricultores y productores.
De hecho, California en EU, ha comenzado a producir y cosechar de forma rentable el maguey, ya que en los últimos años, el Estado se ha visto azotado por sequía e incendios forestales que arrasan los campos y viñedos de California. En medio de la amenaza que el cambio climático ha traído a los enólogos locales, existe un nuevo potencial para otro tipo de bebida alcohólica cultivada en California: el tequila.
Aunque no tequila como el que se cultiva en Jalisco, los investigadores están investigando la viabilidad comercial del agave, la planta de la que se elaboran el tequila y el mezcal, además de comenzar a producir otros productos…
El maguey está asociado a una diosa Mayahuel, representada como una mujer joven que emerge de una flor planta reciente de maguey, y que a veces porta en sus manos vasos de pulque, aunque también puede portar espinas o fibras. A Mayahuel también se le relacionaba con el grupo de diosas asociadas dadas a la fecundidad y la fecundidad.
