Recuperan escultura tlatilca y ahora se exhibe en el Museo Nacional de Antropología

Mucho del patrimonio arqueológico de México ha sido sustraído de forma ilegal de su territorio. Por ello, cada vez que se logra recuperar una o varias de estas piezas, es una auténtica dicha. Recientemente se repatrió a nuestro país una efigie que destaca por su increíble belleza; se trata de una escultura tlatilca del periodo Preclásico. Conozcamos más sobre ella.

Escultura tlatilca recuperada en Estados Unidos y repatriada a México. © MNA. INAH.

Recuperando la escultura tlatilca

La bella escultura tlatilca se recuperó en Estados Unidos. Y es que gracias al trabajo del Consulado General de México en Los Ángeles, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se consumó este hecho.

La lucha contra el tráfico ilegal de bienes culturales y la restitución de este patrimonio mexicano que ha sido comerciado en el extranjero, es una constante. Gracias a ello, esta efigie de estilo olmeca volvió a nuestro país junto a otras 417 piezas arqueológicas. Actualmente se está exhibiendo en la Media Luna del Museo Nacional de Antropología, en la exposición Raíz repatriada.

El Museo Nacional de Antropología exhibe actualmente la escultura tlatilca. © Museos en CDMX.

La escultura tlatilca

La hermosa escultura tlatilca nos muestra a un personaje antropomorfo que está sentado, en una posición de «loto» o sedente. Es aparentemente un varón joven, de complexión flácida. Su mano izquierda está sobre su rodilla y lleva un taparrabo. Así mismo, su cabeza presenta la clásica deformación tubular de los olmecas y otros pueblos del periodo Precláscio (2500 a.C.- 200 d.C.).

La pieza es de barro y se elaboró en el Altiplano Central, entre los años 800 y 400 a.C. (en la zona de Puebla-Morelos). Por sus características físicas, está fuertemente asociada a las figuras «Baby face» que muestran personajes con un aspecto muy parecido. Este estilo estuvo presente en la zona olmeca en la Costa del Golfo y se ha encontrado en sitios arqueológicos como Tlatilco, en el Estado de México.

Los rasgos «Baby face» de la escultura tlatilca muestran su relación con lo religioso y mágico. © Fotografía: Melitón Tapia. INAH.

El contexto tlatilca

Al igual que la escultura de «El acróbata» de Tlatilco, esta pieza revela la práctica de ceremonias mágicas y su estrecha relación con personajes que eran considerados excepcionales o sagrados. Los rasgos «Baby face» nos indican esa importancia religiosa.

Acompañando la ingestión de hongos, los sacerdotes o chamanes de aquellas gentes debían realizar alguna danza ritual que los llevaba a un estado alterado de la consciencia. Esto les brindaba la oportunidad de entrar a otra realidad, a la de los dioses y las fuerzas del cosmos. Esto nos recuerda a prácticas similares tanto en pueblos originarios de nuestro país, así como en las escuelas místicas de diferentes religiones.


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